Tengo profunda esperanza en la inteligencia colectiva nacional. En la unión de energías y de buenas intenciones. En la sensatez para construir unidad en la diversidad, en el amplio arco de fuerzas y agentes progresistas.
Ante la iniciativa de construir una Coalición, que espero que sea fértil, hago algunas anotaciones con el objetivo de fortalecer y construir:
- Una Coalición fértil implica hacer un complejo ejercicio de identificación de los “territorios políticos” compartidos. Y de reconocimiento de nuestras diferencias, respetando plenamente su existencia.
- Una Coalición fértil no surge de la mera reacción u oposición. Si es solo reacción su fuerza depende de la existencia de aquello ante lo que se reacciona. Y, por tanto, su fuerza es apenas coyuntural, incapaz de desarrollarse.
- Una Coalición fértil implica que discutamos todos los grandes temas nacional, todos, haciendo un esfuerzo, insisto, por construir una agenda mínima, producto de la identificación de nuestros “territorios políticos” compartidos.
- Una Coalición fértil, de la naturaleza de la que aquí, dichosamente, se construye, implica no perder de vista que nuestra defensa y lucha por los DDHH no se limita a unos u otros derechos. Implica reconocer que nuestra lucha contra el fundamentalismo conservador, es una lucha tanto en el campo de los derechos civiles-políticos, como de los derechos socio-económicos, culturales, ambientales, etc. Es decir, la fertilidad de nuestro esfuerzo pasa por reconocer que la lucha contra el conservadurismo pasa por la construcción de avances en materia de DDHH comprendiendo todas sus generaciones. Todas.
- Una Coalición fértil necesita que cada parte, diversa naturalmente, no espere aplausos ni ausencia de crítica respetuosa de las demás partes. Nuestras organizaciones han cometido errores. Negarnos a la autocrítica no suma nada. Nunca es tiempo para exigir aplausos.
- Considerando que muchos y muchas venimos de diversas organizaciones (Partidos, organizaciones de sociedad civil), para construir una Coalición fértil necesitamos que desde acá respetemos a cada una de esas organizaciones, y que las organizaciones respeten este espacio.
Las grandes reformas costarricenses del Siglo XX fueron producto de una impensable suma de fuerzas diversas. Que la suma de fuerzas diversas sean semilla de las grandes reformas del Siglo XXI, para construir un país inclusivo, igualitario y de avanzada en el respeto y acceso a todos los DDHH.
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