Sí, soy una orgullosa ama de casa, madre de 4 hijos y vecina de Parrita. Pero lejos del prejuicio que esto puede generar en la sociedad, gracias al sistema educativo de nuestro país, aprendí a leer y a escribir.
Sin más, el tema que hoy me ocupa es la gran enseñanza que el Programa de Estudio de Afectividad y Sexualidad Integral del MEP nos ha dejado a los costarricenses.
La primera enseñanza, es la conciencia nacional que se ha despertado en torno a la educación sexual y afectiva, nunca antes los padres de familia hemos entendido la importancia de educar a nuestros hijos en algo tan elemental para sus vidas.
La segunda enseñanza, es la urgente necesidad de madurar como sociedad y es especialmente en este punto donde quiero ahondar. Una sociedad democrática y civilizada, custodia como uno de sus grandes baluartes el derecho a la libertad de expresión. Sin embargo, este derecho debe ejercerse con total responsabilidad.
Es realmente lamentable que la población se encuentre polarizada en un tema tan natural como lo es la sexualidad. Ante estos síntomas sociales, la reflexión y el ojo crítico deben fijar su atención en la raíz del problema y no podemos dejarnos llevar por pasiones y posiciones poco argumentativas que no aportan constructivamente a esclarecer el problema.
Por lo anterior, hace pocos días salió a la luz la moción realizada por la Municipalidad de Esparza, en la cual se solicita la suspensión inmediata de los del Programa de Estudio de Afectividad y Sexualidad Integral, para que se sometan a análisis y sean reformulados, pues como indican no responde a la realidad científica, a la legislación costarricense, a los valores universales, la moral, las buenas costumbres ni a nuestra identidad. Como era de esperar, no tardaron las reacciones en contra de tal decisión.
Lo que me preocupó realmente, fue el matiz que tomó la oposición a la decisión del consejo municipal, basada algunas veces en insultos y en odio. Vale preguntarse: ¿Leyeron la moción, para poder argumentar en su contra? ¿La Libertad de expresión, no nos exige un grado mínimo de responsabilidad, de forma tal que no se ponga en duda nuestra inteligencia?
La verdad, es que la moción presentada, sostiene su tesis en sólidos argumentos, que vale la pena profundizar y analizar. Aún mejor, proponen al MEP un programa de calidad, capaz de unir a profesores, estudiantes y padres de familia.
Cabe preguntarse, ¿Es un acto irracional o mediocre exigir al Ministerio de Educación Pública, un programa de calidad? ¿No tiene el MEP, la capacidad de crear un programa de calidad, que no genere una sociedad dividida? ¿No puede el MEP, proponer un diálogo constructivo, capaz de unirnos? ¿Acaso, no merecen nuestros hijos un programa de calidad? ¿Entonces, por qué oponernos a tan noble solicitud? ¿Qué argumentos, ofrece el lector para demostrar que el Programa de Sexualidad y Afectividad es de total calidad?
Concluyo haciendo un llamado a la cordura, no podemos banalizar el derecho de la libertad de expresión, somos seres racionales, el MEP nos ha enseñado a leer y a escribir. Los insultos y el odio, no construyen ni destruyen argumentos, solo dividen a nuestra amada Costa Rica. Recordemos que nuestros hijos son la esperanza y nosotros somos su ejemplo.
* Artículo originalmente publicado en El Mundo CR, de donde se reproduce la fotografía.
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