1.

Un informe de aciertos y conjeturas no vinculantes

— Primero lo primero, son casi 300 páginas y casi 30 personas a las que el informe recomienda investigar o sancionar de alguna manera. Abordar cada punto aludido en semejante documento es imposible salvo que pretenda uno presentar una tesis. Eso sí, no está de más señalar lo obvio: no son todos los que están y tampoco están todos los que son...

Dicho eso... ¡vamos al fútbol!

— Varias personas me escribieron ayer y me comentaron que tenían mucha expectativa en torno al reporte de hoy. Esto me pareció interesante porque era fiel reflejo de la desmedida expectativa —a la vez— que existía en torno al informe que la comisión de créditos bancarios presentó ayer.

— La verdad es que a grandes rasgos las trescientas páginas no dicen nada que no se haya dicho antes. Lo que vimos ayer en conferencia de prensa fue un resumen a modo de repaso de lo que ya habíamos visto antes. Ahora bien: precisamente eso era lo que podíamos esperar...

— Acepto que a razón de la cantidad de tiempo que pidieron los diputados para presentar el informe sí llegué a pensar que al unir los testimonios —que todos vimos— con la inmensa cantidad de documentos —que recibieron por su cuenta— al menos algún nuevo elemento de peso saltaría. No fue el caso...

— El trabajo de la comisión ha tenido muchos altibajos que ya he abordado en otras ocasiones y no es el momento de profundizar en ellos. Sin embargo, sí vale la pena recordar que en sus mejores momentos la comisión fue fundamental para el desarrollo de este caso. Muchos de los elementos noticiosos sobre El Cementazo saltaron a las portadas de los medios desde el Congreso.

— Gracias al trabajo de los diputados la función de control político del Congreso tuvo un inusitado —y agradecido— protagonismo. El canal de YouTube de la Asamblea se puso las pilas y la gente también: muchísimos ciudadanos se interesaron en el tema y los diputados sintieron —para bien y para mal— el ácido. Esto es de reconocer y agradecer...

— Asimismo, tampoco hay que perder de vista que si bien la institucionalidad ha sufrido un golpazo brutal con este caso, también ha operado de acuerdo a lo esperado y, al menos hasta ahora (...) el Estado ha respondido como debería de hacerlo (repaso cívico: el Estado no es lo mismo que el Gobierno).

— En ese sentido lleva razón el periodista Eduardo Ulibarri cuando dice "El informe de la comisión legislativa sobre el cementazo y otros demonios es un ejemplo de responsable acción institucional. ¡Bienvenido!". Qué bonito, agrego yo, habría sido tener informes similares (con tal nivel de difusión e interés público) para otros tantos casos igualmente nefastos que han sacudido al país en las últimas décadas.

— Ahora bien, no podemos olvidar que la comisión es un órgano político —con todo lo que eso conlleva—. Ya antes he explicado cuáles son los alcances del informe (ayer en Twitter decían que no pasa de ser un "saludo a la bandera") y sus recomendaciones así que para quienes esperaban "condenas" pues... se equivocaron de canal.

— Prueba de ello es el caso de Daniel Gallardo quien se abanicó de inmediato la invitación que le hicieron los congresistas a renunciar a su candidatura para el puesto de diputado por San José vía Renovación Costarricense. El hombre ni pestañeó: lo veremos sentado en su curul en mayo.

— A la luz del informe tampoco me parece que sea prudente darse con una piedra por el pecho (como lo hacen varios diputados) celebrando que la norma a la hora de trabajarlo fue poner al país primero y al partido después. Me niego a reconocer esto como una virtud de la comisión: es su deber y es su obligación. No están representando a sus partidos, están representando a los costarricenses.

— Dicho todo esto disto de ser parte de esa mayoría que recibe el informe casi que en automático entre vítores y aplausos. Por el contrario, lo estudio con prudencia y escepticismo. Naturalmente falta mucho por leer y revisar pero de primera entrada he encontrado conclusiones contradictorias, otras mal fundamentadas y otras definitivamente precipitadas.

— Por otro lado, si ustedes piensan que detrás de las recomendaciones no existió un intenso cabildeo político (recuerden... la discusión del informe se declaró secreta en nuestras narices) pues... voy repartiendo cajitas blancas a diestra y siniestra. No nos chupemos el dedo por favor.

¿Qué pasa con lo que pidió el Congreso?

Mejor serenen sus expectativas... de la Procuraduría de la Ética podemos irnos olvidando porque sus resoluciones, al no ser vinculantes, no pasan de adornos en el árbol navideño de la corrupción. Toca entonces poner todas las miradas —por no decir esperanzas— donde corresponde: en el Poder Judicial. Eh, sí, en el Poder Judicial.

— Ese tren —conducido por Emilia Navas— ya partió así que el informe no es precisamente determinante. Muchas de la personas que se solicita a la Fiscalía que investigue pues... ya están siendo investigadas.

— ¿Cuál es el siguiente paso para el informe? Bue... si ustedes le preguntan a los que saben todos les van a decir lo mismo: probablemente dormir el sueño de los justos. Esta comisión ha sido excepcional pero históricamente casi todas pasan sin pena ni gloria. En la actualidad, el Plenario tiene pendientes desde el año 2008 el conocimiento de más de 40 informes de comisiones investigadoras... no es inusual que esperando discusión se venza su plazo de vida y terminen en la trituradora...

—Esto no nos debe frustrar. Por el contrario, esta es una excelente oportunidad para darnos cuenta de la importancia del Poder Legislativo más allá de... legislar. El sistema de pesos y contrapesos se beneficia cuando el Congreso cumple con su deber de control político (y no politiquero) y ahora que la ciudadanía ha entendido esto es un buen momento para ejercer presión y demandar cambios y reformas dentro de la propia Asamblea.

— Dicen los diputados que esperan que este informe sí se conozca y vote en Plenario. Bueno: háganlo. Sienten un precedente. Es un pequeño paso... de muchos que faltan. Hay temas de fondo que Costa Rica debe de discutir cuanto antes (como la elección de diputados, precisamente).

— Entretanto... que no nos distraiga la Navidad y que no nos confundan los tamales. No es momento de lanzar las campanas al vuelo ni mucho menos de reaccionar con cabeza caliente. Ver a Laura Chinchilla tirándole ayer a Luis Guillermo Solís y viceversa no debe entretenernos: debe preocuparnos.

— Ella, por un lado, endosándole la debacle de seguridad a esta administración como si el ministro de Seguridad elegido por Luis Guillermo (sabrá Dios por qué) no hubiese sido legado directo del PLN e hijo predilecto de ella, la experta por excelencia en el tema (sí, hablo de Celso Gamboa). ¿Por qué nadie habla del papel de Celso en todo esto si, repito, le confiamos la seguridad de todas y todos los costarricenses? ¿Por qué Luis Guillermo no termina de explicarnos esa designación?

—En fin... él está más ocupado acusando a la administración anterior de "perderle" el informe de Juan Carlos Bolaños de la DIS... oficina donde, por cierto, para doble puntaje, fue precisamente Celso el encargado de "tratar" el caso Bolaños. Es de reír para no llorar...

— No. No necesitamos a la expresidenta y al presidente repartiendo culpas. Necesitamos asumir responsabilidades. Todos. Porque las elecciones están a solo 6 semanas y ya no es de recibo que nuestros líderes se sigan lavando las manos mientras discursos populistas sigue tomando forma. Despertemos.

​2.

Barbas en Remojo

El día de ayer el Presidente de la República envió un nuevo mensaje a la población. "Como Presidente de la República puedo asegurarles con confianza y tranquilidad que nunca he permitido ni permitiré acto alguno de corrupción, ni tráfico de influencias ni favorecimientos indebidos".

Una frase más que desafortunada para arrancar porque la verdad es que simple y sencillamente no se la cree nadie. Sin ir muy lejos, en campaña nos dijo que los pronunciamientos de la Procuraduría de la Ética serían vinculantes en su Gobierno. No más entrar el Ejecutivo los ignoró por completo (ver: Paola Mora y Mario Barrenechea).

Sí, el Presidente tiene razón cuando dice que hay conclusiones del informe que carecen de fundamento. Pero la verdad del caso es que lejos de reconocer el trabajo del Congreso (que repito, sí hay mucho que reconocer) se limitó a justificarse, a descalificar a la comisión y... a tirarle piedras a Laura Chinchilla. Y bueno, como es usual, a defender a muerte a Mariano Figueres.

"Es falso y carente de sustento la afirmación que desde la casa presidencial se haya presionado a dependencias del ministerio de Economía o Hacienda para favorecer al empresario Bolaños".

Ok señor Presidente. Pero si esto es falso ¿cómo explica los correos que dicen precisamente ESO? Oficiales. Del MEIC. Dice usted también que es falso que usted o el Consejo de Gobierno o Mariano hayan incidido en el nombramiento de Mario Barrenechea. Ok señor presidente, ¿cómo explica usted los testimonios de los directivos —a los que usted echó— en contrario?

Son muchas las dudas que quedan en el aire. Estos videos flaco favor están haciendo para resolverlas. Esperaremos, con paciencia, que el Poder Judicial nos ayude a todos a establecer el alcance de esta crisis que, a vista y paciencia de numerosas autoridades, golpeó muy severamente a los tres poderes de la República.

Tema menor no es, menos ahora que muchos pueden aprovecharla para hacerle un daño todavía mayor al país. Que cada palo aguante entonces, su vela.

3.

Palabras Prestadas

En este país no hay ‘responsabilidad política’, en países europeos el mínimo escándalo sería una renuncia del gobierno en pleno”.

Luis Guillermo Solís, abril 2014.

"No me gustó la reacción de Luis Guillermo de esta noche. Para mi ese no es quien yo conozco. No me gusta la actitud a la defensiva sin asumir responsabilidad alguna por este desastre. Porque él tiene su cuota de responsabilidad y lo sabe".

Julia Ardón.

4.

Botonetas

— Por si no lo vieron ayer: Entrega de; Informe Final de la Comisión Investigadora de Créditos Bancarios, lunes 18 diciembre 2017. Además, vía Ignacio Alfaro, el documento completo.

— Del periodista Alejandro Fernández, Juan Diego Castro dijo 5 mentiras en un minuto.