1.

Aquí debería ir un título astuto o inteligente. Pero hoy no lo tengo

Todo lo que escribiré esta mañana va en "versión súper sencilla". Llevo más de 10 semanas tratando de explicar por qué El Cementazo es importante y me he dado cuenta de que dada la complejidad del tema para mucha gente ha sido imposible seguirle la pista. Hoy les presento un resumen-ensayo escrito de forma coloquial y accesible, con el afán de facilitar la comprensión del asunto. No oculto ad portas que este cuestionario lleva inmerso un manifiesto. ¿Qué pretendo con eso? Que a usted se le mueva algo más que el estómago.

¿Por qué? Porque finalmente llegó la hora cero, el Día D.

Entonces...

¿Qué está pasando?

Un pleito entre millonarios y corruptos tiene al país patas arriba porque los tentáculos tenebrosos de una enorme red de influencia y soborno no solo trascienden partidos políticos, llegan hasta el Ministerio Público y la Corte Suprema de Justicia. Existe el riesgo de que los tres poderes del Estado estén involucrados. Existe la posibilidad de que diferentes medios de comunicación de primer y segundo orden, también. Esto implicaría un durísimo golpe a la Institucionalidad y a la credibilidad de la prensa. Y ese es un 2x1 muy, pero muy comprometedor para "el país más feliz del mundo" y "la democracia más estable de América Latina".

¿Por qué esto debería importarme? 

Por muchos motivos pero le señalo el más obvio: faltan menos de 5 meses para las elecciones. Un golpazo de proporciones mayúsculas a las instituciones del Estado tiene como consecuencia lógica dos emociones: apatía y enojo. Los primeros, se alejarán de las urnas. Los segundos, se acercarán y darán el voto a quien responda con seductoras frases de domingo a esa furia. Podría, por ejemplo, llegar cualquier precandidato a decir "y no me vengan con el cuentico de la separación de poderes" y la gente lo votaría, convencida de que bajo su mando "se pondrá orden".

"Pero Diego... todos los políticos son iguales".

Eso no es cierto. Algunos son mucho peores de lo que usted imagina. Algunos son peligrosos. Algunos podrían hacerle un daño terrible al país. Vanidad. Ego. Ambición. Esas características pueden tenerlas muchos de ellos. Es parte del paquete. Pero impulsos de violencia, soberbia, delirios de grandeza y de persecución así como una absoluta falta de empatía y de escrúpulos a la hora de mentir, intimidar, injuriar y difamar para abrirse paso en la vida... ese perfil no lo tienen todos. Y es un perfil muy peligroso. El de un demente. Gente así, en el poder, es capaz de cualquier cosa.

"Eh, un momento, ¿qué tiene todo esto que ver con el famoso préstamo del BCR?".

Todo.

Porque una movida sucia de tales proporciones (parte aislada de toda una serie de oscuras operaciones paralelas) solo pasa cuando abandonamos el control político como ciudadanos. Cuando nos consume el valeverguismo y el portamí, cuando permitimos que nos vean la cara de imbéciles una y otra vez. Cuando no cuestionamos, cuando entramos en la operación sálvese quien pueda y nuestro mayor estrés es si se nos acaban los datos del celular o Uber activa la tarifa dinámica. Cuando dejamos pasar años sin subirnos a un bus. Cuando nos da pereza preguntarle el nombre al vecino. Cuando solo ponemos atención a lo que pasa a nuestro alrededor si nos hablan de un impuesto a Netflix. Peor aún: cuando somos parte activa del problema de una u otra manera.

No se le olvide. Nosotros elegimos al Presidente. El Presidente elige a los ministros y a los integrantes de las juntas directivas. Nosotros elegimos a los diputados. Los diputados eligen a los magistrados... todas estas personas representan al pueblo. ¿Y el pueblo? A veces indiferente... a veces cómplice. Porque si nos representan es porque ahí los hemos puesto nosotros... y algo nuestro tienen. Son nuestro espejo. Han hecho carrera con nuestra complicidad, ya sea porque les dimos la espalda o les dimos la mano.

"Mae, ¿qué le pasa? Yo estoy tranquilo en lo mío..."

Respire. No se enoje conmigo. Usted y yo siempre vamos a poder desconectarnos viendo la nueva de Nolan en IMAX y nada nos impedirá estresarnos porque le cambiaron el sabor al McFlurry o porque el aguacate está más caro. Pero créame cuando le digo que también debería importarnos —por ejemplo— si el Gobierno anuncia que se atrasó facturando las ayudas que reciben las familias más pobres como sucedió apenas semanas atrás. ¿Se habló del tema en su familia?

El déficit fiscal, esa bestia que está a punto de sacudir de una vez por todas al país, tiene muchos rostros. Y muchas consecuencias. Créame que no solo le estoy hablando del préstamo para su casa. Le estoy hablando de la posibilidad de que lo asalten en la esquina de su barrio cuando sale a comprar el pan. El déficit fiscal tiene también muchas causas. La mala gestión de los recursos públicos y la evasión de impuestos suelen ir de la mano como un coctel de vitaminas y minerales para sobrealimentarlo. ¿Nota los patrones y las coincidencias?

"Sigue molestándome que usted insinúe que somos cómplices".

Es que no podemos lavarnos las manos. Por acción u omisión, las tenemos embarradas. Algunos más que otros. Dígame, ¿con qué cara va usted a enjachar al diputado cómplice si usted mismo tiene comprometida su ética? Si no lo pensó dos veces para engañar a un compañero de trabajo para así aprovecharse de él. O para tirarlo bajo el bus cuando le convino para abrirse paso. ¿Se cogió usted a una persona en una posición superior para mejorar su puesto o salario? Piense. Medite. ¿Mintió usted para desacreditar a alguien con tal de quedarle bien a sus superiores? Piense. Medite. ¿Se robó algo de la empresa o la institución para la cual trabaja? ¿Se aprovechó alguna vez de recursos ajenos? ¿Miente y reproduce mentiras sobre otras personas con el solo fin de afectar su reputación y mejorar la suya? ¿Cómo se abre camino usted en la vida?

Colarse en la fila parece poca cosa. Parquear en línea amarilla parece poca cosa. ¿Subir la foto —o el video— del compa o la compa para quemarle le parece poca cosa también? ¿Verla? ¿Difundirla? Usted cree que yo estoy hablando paja y tirando un sermón. Yo lo que le quiero tratar de decir es que esto que está pasando es sintomático. Y que debería indignarnos. No me voy a poner aquí a hablar de moral y buenas costumbres porque eso ya lo he escuchado en otras bocas de las cuales más bien desconfío. Hablo, nuevamente, del préstamo de su casa y de la seguridad de su barrio. Porque sé que esos temas sí le llegan. Sé que hay puntos en los cuales dejamos de tuitear que nada nos importa y reaccionamos. Le tengo una noticia: estamos en ese punto.

¿Por qué dice usted que estamos en ese punto de quiebre?

Permítame retomar.

El Cementazo es mucho más que una repartición de platas mal habidas amparada por un justicia cómplice y vendida (o mejor dicho, comprada) limitadas a una línea de crédito en el BCR. Las condiciones del infame préstamo empezaron a revelarse en el 2016 vía Diario Extra y en aquel entonces el país no prestó mayor atención. Eso le funcionaba de maravilla a todos los implicados porque la figura de Juan Carlos Bolaños, aunque central, no era precisamente medular.

El tipo es un empresario de Grecia que hizo carrera gracias a los contactos que fue desarrollando desde el gobierno de Abel Pacheco. El tema es que en ese largo camino de manos que se estrechan y pechos que se abrazan va quedando una extensa línea de boronas... y ninguna galleta quiere que la vinculen con ese trecho. Todavía hoy, algunas galletas se están comiendo a sí mismas a ver si logran desaparecer del mapa.

El punto es que Bolaños cometió un error clave que comprometió a todas las migas implicadas: no dejó ir el reportaje de la Extra (eso le pasa por no ver Star Wars). Se enojó, quizá defraudado porque algunos de sus padrinos probablemente le reclamaron que su nombre hubiera aparecido en medios y echaron para atrás. Así que el tipo empezó a sentir el ácido. Se descuidó. Y entonces Guillermo Quesada lo grabó en el Hangar 5 mientras Bolaños le comentaba su plan para estafar al Banco de Costa Rica y no pagar el crédito del cemento chino.

"Ok, parece que usted ya va a llegar al punto...".

Todavía no. Tengo que seguir haciendo el recuento. Paciencia.

En condiciones "normales" Bolaños no habría pagado el crédito y damas caballeros y niños aquí no pasó nada. Un par de funcionarios del banco pierden su puesto, el BCR sigue adelante, la mafia se reparte la plata y el país no se entera de nada. Peeeeero una vez que esa grabación llegó a la Junta Directiva del BCR y una vez que el acta de esa sesión de JD llegó a los medios (aquí entra CRHoy, hace unos 3 meses) la cosa no tuvo marcha atrás.

Fue como soltar una canica en la cumbre del Everest.

Ya no se trataba de los $20.000.000 o $30.000.000 que perdería el banco sino de las circunstancias que permitieron que el banco se colocara en esa posición. La Junta Directiva se dividió de inmediato entre quienes defendían el crédito y quienes temían lo peor. Y aunque los directores que formaron parte del segundo bando todavía al día de hoy no han hablado con propiedad y profundidad sobre el tema —no pueden— fue evidente que los escandalizó no solo la posibilidad de que estafaran al banco, sino de tener que pagar un precio político por una operación que no habían aprobado. Sabían que el pueblo querría ver "cabezas rodar" (como dijo una infame diputada), ¿iban a permitir ellos que esto sucediera y quedar completamente desprestigiados de por vida?

No. Tomaron medidas. Le pidieron la renuncia a la presidenta del banco (vinculada con Bolaños), suspendieron al gerente general (vinculado con Bolaños) y pidieron una investigación (seguimos esperando los resultados). Esto lo deduce cualquiera que haya estado prestando atención. Son hechos ciertos. Probados. Ampliamente reportados por la prensa.

También, cualquiera que haya prestado atención habrá notado otro elemento clave...

¿Se refiere usted a las cortinas de humo?

Sí, en efecto.

El esfuerzo por disipar el tema del crédito al cemento chino fue mayúsculo y fue orquestado tanto por la evidente y escandalosa omisión del tópico en la agenda editorial de los principales medios de comunicación —hasta fechas recientes cuando no quedaba de otra— como por la cantidad de temas "paralelos" que empezaron a surgir. La operación "suelte la represa de Coopelesca sobre la cancha" fue aprobada por la mano peluda y de pronto todo fue barro sobre el terreno de juego. La opinión pública empezó a confundirse más y más. Los diputados, que ya investigaban el tema en comisión especial, también.

Pero algunos medios (hola) empezaron a meter presión. E insistieron en meter presión. La gente, empezó a hablar de El Cementazo. Juan Carlos Bolaños empezó a dar entrevistas. Los diputados empezaron a notar un hedor cada vez más profundo. Solo el Fiscal General, por supuesto no sabía nada del tema. Cada causa relacionada al asunto que llegó a sus manos (o a las de Celso Gamboa) fue siempre desestimada. Al Presidente le encantaba repetir eso: que no había pasado nada, que todo fue desestimado.

Diay, él, asumo yo, confiaba en el Poder Judicial...

Maje, apúrese que ya me tengo que poner a bretear...

Los días pasaban y el olor a miedo era cada vez más claro. Preguntas incómodas empezaban a tomar fuerza en torno al crédito del BCR: ¿Quiénes colaboraron? ¿De qué forma? ¿Por qué? ¿Quién los puso ahí? ¿Quién los nombró? ¿Quiénes facilitaron los cambios a lo interno y a lo externo del banco para que toda esta operación tan complicada se pudiera ejecutar? ¿Quién colaboró con Bolaños para perpetrar la trama? ¿Quién fue tonto útil? ¿Quién cómplice listo?

Nombres iban y venían... y la lista era cada vez más extensa: las dosis de nervocalm empezaron a recetarse a diestra y siniestra.

Aquello poco a poco se convirtió en un campo abierto donde muy diversos y muy poderosos intereses políticos y económicos empezaron a enfrentarse. El imperio de CRHoy quedó cara a cara con el de Grupo Nación (¡plus Teletica!) y en medio de aquella guerra cruzada algunos medios guardaron silencio prudente o se tiraron los toros desde la gradería de sol. Mientras tanto, ¡hasta Luis Guillermo Solís terminó citado por los diputados! Y aquello, recordarán todos ustedes, fue un espectáculo lamentable.

Como país, hicimos el ridículo.

A la sombra de todos estos sucesos (incluyendo la gastritis que le dio a Juan Carlos Bolaños cuando le tocó encarar a los diputados) los ricachones más listos y astutos y los funcionarios políticos de alto rango más expuestos se empezaron a preocupar y a hacer para atrás. Algunos se reagruparon de acuerdo a sus intereses comunes (más allá del partido político cuya camiseta lucen) y planes B y C empezaron a ejecutarse. Léase: más cortinas de humo e intento de amedrentar y desprestigiar a quienes desde la prensa empujaban la investigación (hola).

Llegó entonces un día clave

Yo noté algunos patrones interesantes tanto en el comportamiento de los medios de comunicación como en el de algunos partidos políticos. El elemento "fall guy" tomó fuerza. Alguien tenía que caer. Pero nadie quería caer. Además, ¿cómo garantizar que el que cae no nos lleva a todos detrás? La trama, en este punto, superaba al mejor guión de House of Cards. Incluso gente que no tenía vela en el entierro fue empujada a la tumba con tal de darle a la opinión pública una cabeza para exhibir en el palo. Pero aquello tampoco funcionó... el oleaje siguió subiendo... y Celso Gamboa hizo una llamada.

Ese fue, repito, el día clave. Vilma Ibarra entrevistaba a Ottón Solís en Hablando Claro y la periodista le comentó que un magistrado había acompañado a Bolaños a hacer unas vueltas en la Corte. Entonces: ¡Macarena! El diputado le preguntó si hablaba de Celso. Ella se fue a comerciales. Más adelante indicó que Celso la había llamado para asegurarle que no había sido él...

En el momento en que Vilma dijo eso supe que Celso —a quien yo tenía con cartón lleno en el caso—, nervioso, había empezado a cavar su propia tumba. Cometió el mismo error de Bolaños: fue imprudente. Días después, naturalmente, supimos que el magistrado de la Sala Tercera mintió. Él mismo se lo aceptó a Semanario Universidad. Y aunque hasta el día de hoy sigue asegurando que no estaba acompañando a Juan Carlos Bolaños en el sabroso viaje a Panamá —del que regresó con pasaporte diplomático en mano— es cuestión de tiempo para que la verdad salte a la luz pública. Esa... y muchas otras.

Celso lo sabe y lo teme. Creó una nueva página web y nos ha hablado de cómo la transparencia es su única arma. Miente. Tiene muchas otras. La intimidación y el intento de desacreditar y amedrentar a quienes le cuestionan o incomodan es una de sus favoritas. Tal legado de terror ha llevado a muchas personas a guardar silencio. Pero a razón de todo lo que ha venido sucediendo... empiezan a hablar. Cada día con más fuerza.

Celso siente la presión.

¡Que renuncie el magistrado!

Yo no creo que esa sea una buena idea. Primero, lo martirizaría. Segundo, seguiría ligado al poder. Protegido. El wonder kid no ha ocupado todos los cargos habidos y por haber por coincidencia. Nadie tiene una red de cuido más poderosa que la suya. A Celso lo han cuidado, defendido y chineado los últimos tres presidentes de la República. Como ya dije es amigo íntimo del Fiscal General, del Presidente de la Corte, del ministro de Seguridad, de media humanidad... De feria hijo de la ministra de Justicia. Meterse con él es ganarse enemigos en todo el país. Personas en altísimos puestos. Es comerse una bronca fea.

En tico promedio: Gamboa es intocable. O así se ha sentido todo este tiempo. Pero dentro de la Corte se gesta ahora mismo una revolución. Hay gente que ha salido de ahí por miedo, asustada. Que está empezando a hablar. Hay gente que ya está planeando su salida... también asustada.... que quizá se anime a hablar. Y hay gente que está ahí desde mucho antes que él: y no se va a dejar. Ni de él ni de su grupo de amigos. Porque ese es el punto. El de quiebre, sí. Pero también el de todo este ensayo: Celso es solo una pieza de un rompecabezas tridimensional.

Costarricense: no deje que le confundan

Gamboa es uno más. Él sabe que de esto no sale. Que la presión de quienes tanto saben de él (poco se ha publicado todavía) va a ser cada vez mayor. Pero este remezón va mucho más allá de Celso y sus relaciones con Juan Carlos Bolaños. Estamos hablando de la DIS. Del Ministerio Público. De la Corte. Del Congreso. De Casa Presidencial (que no es lo mismo que decir, del Presidente, a quien todavía hasta el día de hoy no tengo evidencia para vincular directamente con el Salón de la Maldad).

Estamos hablando de la institucionalidad. Del sistema para elegir magistrados. De la institución del Estado en la que más confiamos. Del hecho de que periodistas, abogados y profesionales de las más diversas áreas están hoy caminando con miedo por las calles. Y eso es inaceptable en este país. Yo puedo aceptar que los diputados me queden mal. Pero no que nosotros, los ciudadanos, nos quedemos mal. Que seamos apáticos e indiferentes. Que permitimos que una red de cínicos y descarados piensen que pueden repartirse puestos y platas a costas de la paz mental de quienes los enfrentan y de la miseria de quienes ni les conocen, pero sufren en su día a día las consecuencias de sus actos.

Basta.

Esto se acabó. Los astros se alinearon. No hay vuelta atrás. Prensa y ciudadanía deben de entender que estamos en un momento clave y determinante que definirá el futuro inmediato del país y de la democracia que lo sostiene. Del Estado de Derecho. De la libertad de prensa. No podemos ser apáticos. No podemos ser indiferentes. Y no podemos permitir que intenten engañarnos o distraernos. Este no es un tema de uno, dos, o tres nombres. Este no es un tema de uno, dos o tres partidos. Este es un tema país. Y llegó el punto de quiebre. Nosotros decidimos. Hoy y en febrero. En Costa Rica nadie nunca debería caminar con miedo. Ni parquear en línea amarilla. ;)

5.

Barbas en remojo

El día de hoy las citas en Palabras Prestadas (ver, abajo) son del exmagistrado y exvicepresidente de la Corte, José Manuel Arroyo. Rescaté varias de las frases más importantes que nos dejó ayer tras conversar con RTN, Hablando Claro y CR Hoy a fin de que ustedes puedan valorar el peso de sus palabras.

Por su valentía e integridad Arroyo es una ficha clave en este entramado. Como recordarán la semana pasada rescaté dos artículos de Semanario Universidad que aludían a la nada feliz salida de Arroyo de la Corte... con amenazas de Celso Gamboa de por medio. Recordarán que dije que tal vez ahora, el país le escucharía. Me complace ver solo días después acaparó todos los micrófonos: necesitábamos que su voz encontrara eco.

Más allá de mi selección de citas les ruego escuchen las intervenciones completas de Arroyo ayer en RTN y en Hablando Claro. Además, lean por favor los artículos Sobre Celso Gamboa: “El país no puede tener un magistrado que falta a la verdad” y “El Poder Judicial está enfermo de corrupción” en CRHoy.

Si algún día escribo el libro de este caso les garantizo que un capítulo llevará el nombre de José Manuel Arroyo. Gracias a su paciencia, su temple y su honestidad la hora cero está cada vez más cerca.

​6.

Palabras Prestadas

Yo he dicho que el principal mal de este país no es el narcotráfico, es la corrupción, bendita la hora en que todo esta cuestión se ha ventilado".

“Lo estratégicamente importante es salvar las instituciones de este país más allá de la gravedad disciplinaria o penal que pueda haber comprometida en las actuaciones particulares de cada persona”.

Si la legitimidad y la confianza en el Poder Judicial se pierden, ahí sí estaríamos entrando en una etapa muy oscura para la democracia costarricense”.

Ese amiguismo o contubernio entre un grupito de magistrados y diputados… son síntomas que hay que ponerlo en ventilación porque el amiguismo tiene una cara oscura”.

A mí me consta el activismo de un grupito dentro de la Corte Suprema de Justicia para hacer lobby -ante los diputados- a favor de un determinado candidato o candidata, eso es absolutamente inaceptable… el magistrado Porfirio Sánchez pertenece al grupito que ha sido más beligerante en las campañas por escoger a ciertos magistrados; también don Celso GamboaLuis Fernando Salazar y el magistrado presidente Carlos Chinchilla… han estado llevando fichas a la Corte”.

[Estos cuatro nombres son claves]

No es lo mismo que un político falte a la verdad a que un magistrado de la Corte Suprema de Justicia falte a la verdad”.

no se trata de cualquier político, se trata de un juez de la Suprema Corte y lo que el país tiene que valorar es si una persona que dice y se desdice o que dice que no, para después tener que aceptar que sí, es (valorar si este es) un perfil de juez adecuado… a eso hay que llamar la atención”.

A mí lo que no me suena hoy día es que el Presidente de la Corte, ahora sí, le pida cuentas, un año después, a don Jorge Chavarría, ¿por qué? Porque ya el clamor de los medios y de la gente no se puede contener”.

Gamboa le va a decir que él no votó en ninguna causa contra don Juan Carlos Bolaños, pero acá hay una trampita: la ciudadanía tiene que saber que esa es una sola causa penal (contra los diputados Otto Guevara, Víctor Morales, el exdiputado Walter Céspedes y el empresario Juan Carlos Bolaños) de manera que don Celso en la Sala III, aunque solo tuviera a su cargo ver el tema de los diputados, tuvo que conocer la única relación de hechos donde está Juan Carlos Bolaños… Aquí hay una trampita porque él sí conocía los problemas legales de Juan Carlos Bolaños y aún así dos meses después lo conduce al Ministerio Público.

Él me hizo saber que tenía información sobre mi familia. Imagínese que eso, viniendo de un exdirector de la DIS o un exministro de Seguridad Pública es atemorizante, aparte de la enorme falta de respeto… Es una sutil forma de decir sabemos quién es usted y quién es su familia... Eso no solo lo ha hecho conmigo, sino que también con otras personas.

[En efecto esto pasó y no me sorprende porque también lo ha hecho conmigo usando a su amigo el precandidato]

Esta historia no puede —en el mejor de los casos y lo dudo todavía— cortar un par de cabezas. Este NO es un tema de Celso Gamboa y Jorge Chavarría, este es un tema estructural e institucional que nos ha llevado a tener un fiscal como don Jorge, —mea culpa porque siempre confié en él y lo apoyé hasta que evidentemente ha llegado hasta donde ha llegado—. Y en segundo lugar ¿cómo es que una persona llega a magistrado de la Corte?, ¿cuáles son los mecanismos que hay ahí? Esto debe visualizarse, debe cambiar”.

​7.

Botonetas

— En Semanario Universidad: Cemento chino desnuda crisis y disputas en la Corte Suprema. Lectura imprescindible el día de hoy.

— En Diario ExtraExfiscal cuestiona “objetividad” en investigación de Celso Gamboa. Otra lectura clave.

— Por supuesto, el inspirador mensaje que escribió ayer la jueza Rosaura Chinchilla. Personas que hacen grande este país y ella.

 

La imagen principal es de CRHoy.