Baruch Spinoza (1632-1677), dijo que, ante las circunstancias humanas no cabe "ni reír, ni llorar ni indignarse, sino comprender". Comparto su planteamiento porque nos obliga a ampliar nuestra lectura más allá de una reacción limitada, descontextualizada y encima alterada por nuestro propio contexto.

Partamos por ejemplo de la famosa frase de Joseph de Maistre (1753-1821): “cada pueblo o nación tiene el gobierno que merece”. Simplista pero efectiva, muy apropiada para la obsesión humana (cada vez más palpable) con las respuestas sencillas, que no obliguen al cerebro a pensar “más de la cuenta”.

Entonces sí, claro, cada país escoge su propio destino y por ende lo que le suceda es lo que se merece. ¿Cierto? Yo mismo me he dejado seducir por esa lectura tan superficial de las circunstancias. Pero eso no es más que cinismo y resignación y nadie que se considere idealista puede darse el lujo de dejarse llevar por ese tren de ideas. Si vamos a ver las cosas así mejor que el último apague la ...