El liderazgo de servicio es una propuesta filosófica que plantea que la persona líder debería estar al servicio de los demás, anteponiendo siempre el bien común incluso al de sus intereses personales como pudieran ser, por ejemplo, la sola prosperidad de su empresa u organización o la acumulación de poder.

Vale la pena analizar este enfoque de liderazgo, un concepto todavía novedoso dentro de un modelo de sociedad que aún sobrevalora la competencia, la fuerza, el dominio y triunfo de los propios intereses a toda costa. Esta reflexión es especialmente importante a pocas horas de tener frente a nuestros ojos la papeleta de votación.  ¿Acaso no deberían ser nuestro próximo mandatario, su gabinete y el equipo de asesores y técnicos que le acompañen un grupo que represente fielmente un enfoque del liderazgo de servicio?

Alguna literatura que aborda el tema personifica a sus exponentes a través de líderes del calibre de Jesucristo, la Madre Teresa de Calcuta o Martin Luther King; es decir, personas que han trascendido su propia existencia y hasta con grandes sacrificios crearon nuevos estándares fundados en visiones de mundo que, parecen ser enormemente aspiracionales.  Ellos subieron la barra y lograron crear nuevas y mejores realidades para otras personas. ¿Soñadores? ¿Adelantados a su época?  No, líderes de servicio.

Un líder de servicio debe contar con una sólida preparación y conocimientos que le habiliten para enfrentar los retos que asume y, desde el punto de vista de su comportamiento, debe ser una persona capaz de escuchar, de ser empática, de ser autoconsciente de sí misma, de su equipo y de sus recursos disponibles, y también debe ser capaz de convencer y de construir equipos y comunidad alrededor del proyecto que está liderando.

Además, debe procesar equilibradamente la información, lo que quiere decir tomar en cuenta opiniones diferentes a la suya propia e incluso debe estar abierto a buscar proactivamente posiciones que sean disonantes a sus propuestas o enfoques para contar con una visión más balanceada; en toda regla, debe ser alguien capaz de aceptar sus vacíos de información y conocimiento y tener la humildad de rodearse de un equipo que le complemente y le fortalezca en su gestión. Una persona líder de servicio puede gestionar sus ideas y sus emociones sin reaccionar con ataques personales cuando se sienta presionada por posiciones que le sean contrarias.

Los verdaderos líderes de servicio se mueven al ritmo de valores éticos universales y con transparencia, siendo honestos, reconociendo y enmendando sus errores.

Los líderes de servicio son requeridos también en el sector privado. Emmanuel Faber, exdirector general de Danone es uno de ellos.  En un discurso de graduación de la Escuela de Negocios de París HEC, (Hautes Études Commerciales), donde él estudió, compartió un mensaje que ha sido reproducido más de 700 mil veces en Youtube. En su mensaje dijo:

“Así que solo están vuestras manos, mis manos, todas nuestras manos para cambiar las cosas, para mejorarlas. Y vosotros tenéis mucho para mejorarlas. Tendréis que superar tres grandes enfermedades que llegarán con facilidad al estatus que vais a adquirir tras vuestra graduación amigos míos: el poder, el dinero y la gloria.

De la gloria, olvidaos. Es sólo una carrera sin fin que no conduce a ninguna parte….   En cuanto al dinero, cuando estaba en Banca de Inversión ¡conocí a tanta gente -y continúo haciéndolo- que son prisioneros del dinero que ganan! ¡Nunca seáis esclavos del dinero! ¡Sed libres! Sea lo que sea en lo que lo ganéis o lo que hagáis con él. En cuanto al poder, mirad a vuestro alrededor. Veréis mucha gente que tiene poder y que no hace nada más que conservar ese poder para asegurarse de seguir un día más. El poder sólo tiene sentido si vuestro liderazgo es un liderazgo de servicio y si os sirve para encontrar la forma de servir a ese propósito, a ese objetivo que os hará ser quienes realmente sois. Lo mejor de vosotros no sois vosotros quien mejor lo conoce”.

Faber fue separado de su puesto en Danone en marzo del 2021, por no entregar los resultados económicos esperados por sus accionistas y hasta fue criticado por “preocuparse más por el futuro del planeta que por el de la empresa”.  ¿Soñador? ¿Adelantado a su época?  No, un líder de servicio.

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