La bióloga costarricense Ximena Loría Espinoza recibió el pasado 26 de julio el premio internacional Alfredo Sirkis Memorial Green Ring, otorgado en la cumbre 44th Climate Reality Leadership Corps Global Training, que es liderada por el premio Nobel y exvicepresidente de los Estados Unidos, Al Gore.

Loría es la fundadora y Directora Ejecutiva de la organización ambientalista Misión 2 Grados, una ONG costarricense sin fines de lucro, que tiene como objetivo general apoyar al país en su compromiso de mantener el aumento de la temperatura promedio mundial muy por debajo de los 2 grados centígrados respecto a niveles preindustriales.

El trabajo de la ONG se centra en la sensibilización ciudadana en cambio climático, apoyo a las empresas para una transición hacia una economía baja en carbono, incidencia en política pública y formación de jóvenes líderes en el campo ambiental.

Hasta la fecha, la organización ha impartido cerca de 150 talleres y charlas de sensibilización sobre la crisis climática a las cuales han asistido más de 7.500 personas, incluyendo estudiantes y funcionarios de colegios y universidades públicas y privadas, así como también instituciones del Estado (Comisión de Emergencias, Bomberos de Costa Rica, municipalidades, IFAM), empresa privada, centros de investigación, ONGs y miembros de la comunidad.

El premio que le otorgaron a Loría Espinoza honra a los líderes del Proyecto de Realidad Climática que han demostrado un compromiso con su roles como comunicadores climáticos y activistas.

En esta edición, que por razones obvias se efectuó de manera virtual, aparte de la costarricense también fueron galardonados: Nina Firman (Indonesia), Gloria Kasang Bulus (Nigeria) y Tim Guinee (Estados Unidos).

Los cuatro lideran esfuerzos para educar a sus comunidades sobre la crisis climática, han trabajado para crear apoyo a soluciones críticas y han sido mentores de cientos de participantes colectivamente en su proceso de convertirse en líderes de la realidad climática. 

Según las palabras de Al Gore:

Nana, Gloria, Ximena y Tim ejemplifican el propósito y el corazón de lo que significa ser un líder de la realidad climática, su dedicación incansable para educar y movilizar a las personas alrededor de acciones climáticas urgentes es exactamente el tipo de liderazgo inclusivo y basado en la comunidad que necesitamos para resolver la crisis climática y crear un futuro mejor para nosotros y para las generaciones futuras".

Al recibir el premio, Loría Espinoza señaló que:

Para mí es un gran honor recibir este reconocimiento, ya que el Climate Reality Leadership Corps está compuesto por más de 21.000 increíbles líderes de todas partes del mundo. Sin embargo, la lucha contra el cambio climático transciende el nivel personal, ya que para ganarla necesitamos involucrar a cada ciudadano, a las organizaciones, a las empresas privadas y a las instituciones públicas, para impulsar la creación de leyes que promuevan un modelo de desarrollo que sea económica, ambiental y socialmente sostenible, dejando de lado de una vez por todas la idea sin sustento dentro del contexto mundial actual y futuro de un supuesto desarrollo basado en el petróleo”.

Uno a uno con Ximena

Delfino.cr conversó con Ximena para ampliar detalles sobre su reconocimiento, el futuro del cambio climático, la relación con el COVID-19 y detalles relacionados en Costa Rica.

  • ¿Qué significa para usted este reconocimiento?

Es las confirmación de que lo que estamos haciendo es lo correcto. Tenemos apoyo que nos impulsa a seguir trabajando en esta línea que nos ha dado muchísimo resultados y, por tanto, ha despertado el interés de instituciones del Gobierno para apoyarnos en este camino de sensibilización sobre cambio climático y participación ciudadana.

  • ¿Cómo fue el proceso para alcanzar este reconocimiento?

Yo no estaba muy enterada. Sabía que era el premio más grande dentro de la organización (The Climate Reality Project) a los líderes. Todos los años se le da a un o una líder este premio, pero no se concursa. Cada acto que yo hago, tengo que subirlo a una plataforma que ellos tienen. Entonces si yo doy una presentación, lo subo; si yo me reúno con alguien lo subo; si yo publico en un periódico, lo subo; si me entrevistan acerca de cambio climático, lo subo.

He tenido muchos actos de liderazgo, de hecho, en dos años le he dado charlas de cambio climático a más de 7 500 personas de manera presencial. He sido tan activa y todos esos actos empiezan a ligarse con las prioridades para la organización.

Una muy importante es la participación pública y las ultimas cosas que yo he hecho con el trabajo de jóvenes, con los parlamentos cívicos ambientales, además de una red de jóvenes por el clima, todo eso cuenta como participación pública. Posteriormente me contactan de Climate Reality Lationamerica, a preguntarme sobre mi trabajo, con eso y con todos los actos que subí, fue que me gané el premio. Una sorpresa para mí.

  • ¿Qué se siente recibir el premio de un parte de una personalidad como Al Gore?

Es un reconocimiento grande por las cosas que dijo de mí al recibir el premio. El trabajo principalmente con los jóvenes y la apertura a los parlamentos, son cosas que, para él, siempre han sido muy importantes. Que Al Gore me diga a mí que yo me lo gano por eso, es una satisfacción muy grande.

  • Usted dice que para ganar la lucha contra el cambio climático necesitamos involucrar a cada ciudadano, a las organizaciones, a las empresas privadas y a las instituciones públicas…. ¿Cómo cree que podemos acercarnos a esa meta?

Creo que los costarricenses queremos opinar pero no queremos participar activamente, porque eso implica dar un paso más, informarse más y buscar espacios de participación. Pero eso va a pasar porque lo que se nos está viniendo con el cambio climático, lo que ya estamos sintiendo y lo que vamos a sentir más intensamente en un futuro, va a hacer que la gente se movilice.

Las iniciativas o proyectos que hay no son compatibles con nuestros esfuerzos de descarbonización en este país. No podemos hablar de descarbonización y hablar también de explotación petrolera, por ejemplo. Como muchas de esas políticas no va acorde a lo que se está necesitando para cumplir nuestros compromisos internacionales, pero también para disminuir la posibilidad de que llegue a ser catastrófico el cambio climático, por eso creo que la gente va a empezar a movilizarse.

La conciencia que tienen ahora las personas, especialmente los jóvenes, es muchísimo mayor, y ellos son los que más se están moviendo y reclutando gente para meterlos en una manifestación de la disconformidad entre lo que se está adoptando en política pública y lo que se está necesitando en términos científicos.

  • ¿Es una lucha que tenemos que ver a futuro o es una lucha del presente?

No se puede ver a futuro, el futuro es muy tarde. Tenemos escenarios hechos por científicos que nos dicen que va a pasar si aumenta la temperatura un grado más, medio grado o dos grados más. La temperatura aumenta por nuestras emisiones de gases de efecto invernadero. Esa acumulación de gases que está habiendo en el presente, va para la atmósfera, se acumula y calienta. No podemos esperar a actuar después porque los últimos seis años han sido los más calientes desde que hay registro histórico.

No es que cuando ya se nos vino, paramos de producir emisiones y vamos para atrás. Así no funcionan los sistemas climáticos. Tienen que pasar años y tienen que haber muchas más formas de quitar esos gases de efecto invernadero de la atmósfera de manera artificial, para poder reducir a niveles seguros. Es ahora mismo que tenemos la posibilidad, que cada vez se va volviendo más pequeña, de no aumentar la temperatura más de lo que se acordó en el acuerdo de parís (2 grados) y no vamos por ese camino en este momento.

  • Usted es alguien que trabaja con muchas personas jóvenes, qué piensa del futuro en temas de medio ambiente y sostenibilidad. ¿Estamos bien encaminados?

Creo que sí y eso en definitiva es gracias a toda esta nueva generación con una conciencia mucho más grande que la de generaciones pasadas. Ellos y ellas vienen buscando no solamente el equilibrio ambiental, también está acompañado de un movimiento fuerte de derechos humanos.

El cambio climático es por sí mismo un asunto de derechos humanos, es un asunto de proteger a los más vulnerables que son los que van a ver desproporcionalmente las consecuencias del cambio climático. Este movimiento de jóvenes que se dedican a la acción, dejan muy de lado el discurso y se dedican a actuar.

  • También leí que Misión 2.0 (su propia ONG) trabaja con empresas, ¿qué tanta voluntad percibe de este sector?

El sector empresarial está cambiando también porque están empezando a ver que en una economía donde hay desastres ambientales (inundaciones, huracanes, sequías), ellos también son muy afectados.

Hay sectores que desde ya se están preparando, como el sector agrícola, por ejemplo, que se prepara para disminuir sus emisiones sino también adaptarse al cambio climático.

Yo creo que sí viene un cambio en cómo las empresas están visualizando las medidas de sostenibilidad que toman. Muchas empresas están buscando que esos principios de sostenibilidad sean el núcleo de su organización.

  • ¿Para usted cuál es principal actor que falta por involucrarse de lleno en temas de cambio climático?

A mí me falta un mayor involucramiento, si hablamos de sectores en Costa Rica, del sector transporte, porque de ahí vienen nuestras principales emisiones como país.

La energía eléctrica que generamos es fuente renovable casi a un 100%, también tenemos una disminución bastante grande en la agricultura.

Lo que nos mata, por así decirlo, es el sector transporte, que sigue siendo de combustibles fósiles, que para generar cambios se requiere de medidas más estructurales. Hay que cambiar el transporte público también, porque hay que enfocarse en movilidad sostenible. Ese es el sector que al país le hace falta mayor participación para poder cumplir con los objetivos del plan de descarbonización.

  • ¿Hay voluntad para realizar ese cambio?

Falta voluntad. Porque para que la gente cambien su carro a un carro eléctrico, necesita sentir que el precio que está pagando sea competitivo contra el precio de uno de combustible. A pesar de que habían leyes que incentivaban en el país no eran tan bien implementadas.

Además también tiene que haber un compromiso de los autobuseros que se pongan de acuerdo para hacer sectorización, para que cambien sus unidades y de esta manera se pueda. Todavía hay muchas trabas.

  • ¿Cómo cree que pueda impactar en el tema ambiental la pandemia actual que vivimos? ¿De forma positiva o negativa?

No puedo decir que es positivo, por el dolor que está pasando el país, que no se puede ver como positivo. Ha tenido un efecto porque la cantidad de combustible que se consume es menos, porque las personas se están movilizando menos, por consiguiente, mundialmente está bajando la emisión de gases.

Eso es un impacto a favor de la disminución de gases, pero al mismo tiempo tenemos un problema que me preocupa bastante.

Por querer promover una reactivación económica, vienen propuestas de industrias extractivas y ahí es donde reviven el petróleo y la minería. La gente en este momento, necesitada como está, puede empezar a pensar que ese es el camino.

La reactivación económica no puede venir de combustibles fósiles, por ejemplo. Tiene que venir hacía una transición de empleos verdes por parte del gobierno, por parte de la industria privada. Los empleos verdes son los que en realidad tienen más impacto en la vida de las personas. Uno no ve que el petróleo sea un ente que impacte positivamente el bolsillo de los más pobres, aún así hay una parte en la Asamblea Legislativa y movimientos que dicen que ese es el camino.

  • ¿A dónde debe ir enfocada la discusión?

A generar leyes, la discusión debe ir en la línea de bajar nuestras emisiones. Tiene que ir en dos ejes:

  1. Cómo bajamos las emisiones, que para eso ya hay un plan de descarbonización que debería de empezar a implementarse de manera total en los diferentes sectores.
  2. En la adaptación y en la creación de capacidades. Costa Rica no es un gran emisor de gases de efecto invernadero, pero es un país sumamente vulnerable a los efectos del cambio climático.

Lo que se nos viene a nosotros son eventos climáticos extremos que se agravan cada vez que aumentan las temperaturas y que necesitamos estar preparados para que no nos afecte en términos de producción, infraestructura, de sectores económicos, de transporte y de salud.


*Colaboró el periodista Alonso Martínez.