Por Carolina Caballero Sánchez - Estudiante Ingeniería Química Industrial

Desde tiempos antiguos, los seres humanos han visto la necesidad de crear nuevos productos con el fin de simplificar las actividades cotidianas y mejorar la calidad de vida. En un principio, los primeros talleres realizaban productos de manera rudimentaria, debido a que no contaban con gran variedad de equipo y se tardaba bastante tiempo para poder obtener un producto útil y práctico, y que además tuviera un acabado limpio y atractivo para los clientes. Sin embargo, con la llegada de la Revolución Industrial, muchos de estos negocios artesanales fueron disminuyendo sus ventas debido a que las industrias producían grandes cantidades de artículos a menor precio. Igualmente, surgieron nuevos materiales que empezaron a sustituir a otros, por ejemplo, el algodón comenzó a utilizarse más que la seda y lana, mientras que el acero fue reemplazando a la madera. Asimismo, la Revolución industrial trajo consigo la aplicación de procesos mucho más automatizados, con el fin de ahorrar costes y aumentar la velocidad de producción (San Juan,1993). Además, esto provocó que se empezara a implementar la estandarización de procesos con el fin de que cada artículo de un mismo lote de producción fuera igual al resto.

Con respecto a lo anterior, actualmente se ha visto que las manufactureras buscan cada vez menos intervención humana en los procesos y más uso de las nuevas tecnologías. Por ejemplo, se cree que en un futuro se podrá controlar las operaciones en los establecimientos más lejanos por medio de Internet, brindando así una mayor flexibilidad. En adición a esto, existen distintos procesos tradicionales de manufactura que incluyen la parte de maquinado, en donde se trata la materia prima; después se realizan las conformaciones como el forjado o soldadura y finalmente se elaboran los ensamblajes y acabados.

No obstante, a partir del 2013, la fabricación por adición o impresión en 3D ha ido desarrollándose cada vez más, está consiste en una máquina que va superponiendo capas de un material hasta obtener una pieza tridimensional, la máquina puede ser operada por medio del Diseño Asistido por Computadora o por medio de un objeto existente que puede ser escaneado. En la actualidad, la impresión en 3D se utiliza para realizar una gran cantidad de productos, como órganos, alimentos, construcciones, piezas dentales, entre otros. Sin embargo, se espera que a un corto plazo se puedan efectuar productos como joyería, prendas de vestir, calzados, entre otros (Soto, 2014).

Por otra parte, hace algunos años, las compañías se preocupaban por producir artículos que llamaran la atención por su atractivo. Sin embargo, actualmente se puede observar el cambio en el enfoque de los diseñadores y las prioridades, debido a que se encuentran más centrados en diseñar un producto que cumpla con las necesidades de los usuarios, al utilizar material que sean más resistentes o apropiados antes que usar materiales que se vean agradables a la vista. Por ejemplo, antes una gran cantidad de celulares contaban con una cubierta trasera hecha de plástico. No obstante, estas eran poco resistentes y más propensas a quebrarse ante una caída, por lo que en la actualidad se utiliza más el aluminio por su resistencia que por su apariencia (Zinko, s.f).

En resumen, la manufactura y el diseño se encuentran en una constante transformación de acuerdo con las necesidades de las personas y a las nuevas tecnologías. Por lo que se cree que en un futuro la industria manufacturera será 100% automatizada y el diseño de las tecnologías será mucho más innovador y resistente, causando que un producto sea mucho más duradero.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
• San Juan, C. (1993). La Revolución industrial. Madrid, España. Ediciones AKAL. Recuperado de https://books.google.co.cr/books?id=9o0K-qs_MvsC&printsec=frontcover&dq=revolucion+industrial&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjHydDCnNrnAhXrzVkKHRerC_cQ6AEIJzAA#v=onepage&q=revolucion%20industrial&f=false
• Soto, J. (2014). 3D Rev: Una Posible Revolución de la Producción Empresarial. Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Recuperado de https://repositorio.comillas.edu/rest/bitstreams/182/retrieve
• Zinko, N. (s.f). Tecnologías nuevas. Recuperado de https://all-spares.com/es/articles-and-video/what-are-cell-phone-housings-made-of.html