La votación que tiene nuestra Universidad Nacional (UNA) este próximo lunes 22 de junio es atípica y realmente histórica, debido a que tanto la campaña como el medio de votación electrónico son inéditos en nuestro país. Sin proponérselo, la UNA será pionera en Costa Rica en el uso del voto electrónico en esta elección tan trascendental, donde se está jugando mucho del futuro de nuestra institución ante la nueva normalidad. Además, esta elección ocurre justo en un momento en que un grupo de diputados liderado por el PLN han sacado un informe sobre el financiamiento de las universidades públicas que, entre otras cosas, señala lo siguiente:

  • Pretenden: “un ordenamiento en el cual este primer poder de la República tenga participación directa en la educación superior” (p. 3).
  • “Hay que plantear una diversificación de los destinos de los recursos públicos que financian la investigación” (p. 4).
  • “Es necesario que las universidades públicas asuman lo más pronto posible el autofinanciamiento” (p. 124).
  • “La oferta académica es obsoleta” (p. 126).
  • Recomiendan: “fortalecer la rectoría del MEP en lo relacionado con la educación superior” (p. 129), e: “incluir en el CONARE al Ministerio de Hacienda, al Ministerio de Planificación y al Ministerio de Educación”.

Todo lo anterior atenta contra la autonomía universitaria y contra el contar con universidades públicas humanistas, comprometidas socialmente y de excelencia en todas las áreas, tal como su nombre lo dicta, pues la palabra universidad viene del latín universitas, que hace referencia a la noción de totalidad, algo muy distante del reduccionismo tecnócrata, mercantil y unidimensional que quieren los diputados de la comisión que ve el tema del FEES (Fondo Especial para la Educación Superior). Ni una sola palabra de los ideales humanísticos, intelectuales y filosóficos por los cuales las universidades fueron creadas, pues para estos diputados lo único que vale es una universidad al servicio exclusivo del mercado.

Dado lo anterior, es muy importante que toda la comunidad universitaria empadronada se tome con la mayor seriedad tan trascendental decisión y que tome consciencia de que estará eligiendo por uno de tres caminos muy diferentes para conducir a la UNA en medio de las tormentas que ya empezaron y que seguirán arreciando en los años por venir. Necesitamos elegir con mucha responsabilidad y no tomarnos esta oportunidad a la ligera.

Básicamente, se está eligiendo por un programa de gobierno y por los cargos de rectoría y rectoría adjunta para llevarlo adelante, así que es muy importante conocer estos programas y a estas personas candidatas. Es parecido a elegir mapa y personas guías ante un laberinto de difícil solución, así que elegir con cuidado es central. Seguidamente, me permito compartir un resumen de mi opinión con respecto a programas y candidaturas, y mi decisión electoral para este 22 de junio.

Luego de revisados los documentos parece haber una serie de temas comunes, tales como: autonomía, financiamiento, condiciones laborales, áreas sustantivas, estudiantes y administración, así que la mayor diferenciación parece estar en el grado de afinación y operacionalización de las propuestas. Para que un programa sea realizable, no basta con que contenga ideas abstractas, se requieren elementos más concretos para que pueda llevarse a cabo. En este sentido, me parece que la propuesta del movimiento Vamos es la más completa, la más amplia y la más detallada, lo cual la convierte en la mejor herramienta de trabajo. Francamente, las otras dos ofertas programáticas son solo un conjunto de enunciados generales sin elementos concretos para poder vislumbrar y valorar su implementación. Ruego a quienes esto leen que lo comprueben por sí mismos en las respectivas páginas de las tres tendencias. A mis colegas académicos les invito a calificar la calidad de cada programa y ponerles una calificación. En mi criterio sincero, Vamos se merece un 9,5; mientras que Cambio y Somos UNA un 7 con una observación que diría: “favor detallar más cómo van a operacionalizar sus propuestas”. Como dice el adagio popular: “compare y compruebe” por usted mismo.

Los tres formatos, estructuras y estilos programáticos son diferentes, pero me parece que el grado de operacionalización marca, en este caso, la mayor diferencia, y sin duda una clave para poder vislumbrar la factibilidad de su puesta en práctica y controlar su grado de cumplimiento progresivo. De poco vale decir, por ejemplo, que se va a fortalecer la sostenibilidad financiera institucional si no se enuncian las medidas concretas que la harán realidad. ¿Qué se hace con un documento así? Pues lo que hacemos con nuestros estudiantes, pedirles que desarrollen más detalladamente sus ideas para poderlas evaluar con mayor propiedad.

En mi caso, una de las áreas que más me interesa es la del compromiso social universitario que, considero, debe estar presente en toda la actividad sustantiva académica. Una vez más, la propuesta más clara, operativa y realista es la de la tendencia Vamos. De hecho es la única que cuenta con elementos operativos más allá de enunciados muy generales. Esta dimensión será esencial para apuntalar más nuestra contribución a la actual y futura crisis potenciada por la pandemia que vivimos, así como para dar y pedir cuentas de cara a la sociedad costarricense, como debe ser. En mi opinión nuestra UNA puede dar mucho más a los sectores más vulnerables de la sociedad costarricense, pero el primer paso es contar con un plan claro al respecto.

En cuanto a candidaturas a rectoría y rectoría adjunta, me parece que la mejor fórmula es también la del movimiento Vamos, constituida por don Francisco González y doña Marianela Rojas, ya que tanto en sus currículums como en sus intervenciones evidencian la mejor preparación, el mejor y más completo conocimiento de la UNA, el mejor manejo de las acciones por realizar y, por mucho, la mayor claridad comunicativa, junto a las propuestas más viables y concretas. Además, el palmarés de logros y éxitos de ambos es notable y representan, en mi criterio, la mayor independencia con la actual administración universitaria y con los partidos que adversan la autonomía universitaria, algo decisivo para poder hablar de garantizar sostenibilidad institucional.

Dado todo lo anterior, he decidido votar por don Francisco González y doña Marianela Rojas de la tendencia Vamos, ya que me parecen los mejores candidatos con el mejor programa, e invito a todas y todos mis compañeros universitarios a invertir tiempo en informarse, pensar y tomar su decisión, y, sobre todo, como decía Savater a su hijo Amador, a tomar consciencia de que están decidiendo.

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