Sabor Venezolano es  el tercer ejemplo de emprendedores del que les hablaremos, en la serie que nos permite abordar la realidad de distintos comercios que tratan de seguir adelante a pesar de las nuevas condiciones económicas ocasionadas por la COVID-19.

Por ello desde Delfino.cr conversamos con Leonardo Badilla Calderón, su propietario, quien en conjunto con su esposa Marilyn Álvarez Pire abrió las puertas del restaurante en el año 2014 y ahora, seis años después, se aferra a la convicción de no rendirse y seguir adelante, a pesar de los obstáculos que el nuevo coronavirus les ha puesto en el camino.

Este restaurante se especializa en comida tradicional del país suramericano además de agregar comidas costarricenses a su menú. Durante su trayectoria, Sabor Venezolano se ha especializado en ofrecer comidas rápidas y servicios de catering a sus clientes, y antes de que iniciara la pandemia, también cubrían eventos masivos:

Nos han cancelado muchos eventos masivos, antes asistíamos a conciertos, partidos de fútbol, ferias, festivales...".

Pero las afectaciones también les han pesado de puertas del local para adentro. Según recalcó Badilla a este medio, la disposición de que la capacidad permitida en los restaurantes no supere el 50% de la ocupación era imposible de violentar semanas atrás, y no porque no hubiese cómo garantizar esa cobertura, sino porque el público no estaba saliendo a consumir.

Badilla reporta que ni siquiera se lograba llegar al 20% el local comercial "debido a que las personas tienen miedo de exponerse"; además, el servicio express también se vio limitado al principio de la pandemia ya que a las personas les daba miedo pedir comida por esa vía.

Se sintió un cambio muy drástico en la primera semana de la pandemia y luego las ventas desde la segunda semana a la fecha bajaron en un 90%. Esto es algo que se ha vuelto muy difícil de controlar. Hemos tenido que tomar medidas de contención como cerrar todos los restaurantes y despedir a 42 colaboradores"

Antes del arranque de la crisis, Sabor Venezonalo tenía restaurantes en Belén, Escazú, Sabana, Tibás y Alajuela; y aunque aseguran que desde que arrancó la crisis las cosas han mejorado, lo cierto es que hasta el momento no hay otra forma de levantarse más allá del servicio express.

Los propietarios del restaurante aseguran han tenido que tomar en cuenta nuevas ideas como agregar nuevos platillos al menú, hacer promociones y descuentos para poder abarcar todo tipo de presupuesto.

Además, al cerrar sus locales tuvieron que optar por trabajar con el  food truck que por medidas de seguridad, sólo se encuentra en Heredia diagonal al Paseo de las Flores.

Badilla nos comenta que las medidas tomadas acabo sí lo han ayudado a salir de esta crisis, pero lamenta la situación crítica que se está afrontando y se prepara para lidiar con los escenarios venideros.

Igualmente si la pandemia continúa, ya estamos trabajando en nuevos métodos para sobrellevarlo. En tiempos difíciles lo primero en tener en cuenta es tener mucha fe en Dios, hay que mantener una actitud positiva e ir innovando con los productos y en la manera de llegarle a sus clientes actuales y nuevos”.