Esta pieza no se refiere a Las Asombrosas Calabazas (The Smashing Pumpkins), una banda estadounidense de rock alternativo formada en Chicago en 1988 por el vampírico Billy Corgan (voz y guitarra). El sencillo “1979” fue parte del tercer álbum de estudio de este grupo llamado: “Mellon Collie and the Infinite Sadness”  (un juego de palabras traducible como Melancolía y la Tristeza Infinita), cuyas letras oscuras juegan sobre la inevitabilidad de la muerte. Fue lanzado el 23 de octubre 1995 y ha sido el más exitoso en ventas (casi 5 millones de unidades), el álbum tiene 28 pistas, se vende en formatos CD doble y vinilo triple. Como casi todo en la vida es cuestión de gustos, lo recomiendo como antídoto contra el reguetón en caso de que haya ingresado a sus oídos por accidente.

Quien escribe, recién recuperado de la música disco, en 1979 tenía 15 años de edad. Con la caída actual de los precios del petróleo en el año 2020, cuesta creer que en 1979 se dio el segundo latigazo a las potencias de occidente (el primer golpe fue en 1973), a fines de los setenta, el precio del crudo se situó en alrededor de 30 dólares estadounidenses, lo que al día de hoy sería, aproximadamente, 80 dólares por barril. Con la revolución islámica, cuyos disturbios comenzaron en Irán en 1978, el ayatolá Jomeini permanecía bajo estricto control como exiliado en la ciudad chiita de Najaf, en Irak, conviene recordar que ya estaba en el poder Saddam Hussein; el Sha de Irán, cometió un error táctico que le costó el poder, le pidió a Hussein que lo expulsara. Es así como Jomeini fue a parar a la aldea de Neauphle-le-Chateau, en las afueras de París, y con su discurso incendiario, en una época sin internet, de repente tuvo acceso a la prensa internacional, causando conmoción. Al punto que el 16 de enero de 1979, el Sha Mohamed Reza Pahlevi y su esposa, la emperatriz Farah, guardaban las formas mientras subían, en el aeropuerto de Mehrabad, al avión que los llevaría al exilio, se anunció oficialmente que eran vacaciones. Aunque el depuesto Sha murió de cáncer en Egipto, su viuda Farah reside en París. Donde antes fue exiliado Jomeini, lo que confirma la sabiduría de mi abuela Queta: la vida es un gallinero, un día estás arriba, otro día abajo y viceversa, y no sabes nunca con certeza quién te cambió de posición.

El 1 de febrero de 1979, un avión de Air France procedente de París aterrizó en el aeropuerto de Teherán. Todos los iraníes tenían los ojos puestos en un único pasajero que viajaba en primera clase: Jomeini. Unos tres millones de personas acudieron a darle la bienvenida en una muestra de adhesión ciega a las ideas de aquel joven ayatolá sobre cómo tenía que ser Irán: un país libre de la corrupción de los Pahlevi y gobernado por jurisconsultos islámicos. En 1980, estalló el conflicto bélico Irak- Irán, ¿y el precio del petróleo? Bien, gracias.

No es un secreto que el gobierno de Costa Rica de entonces apoyó a los llamados “muchachos” de la triunfante revolución sandinista del 19 de julio de 1979. ¿Qué queda de aquel sueño? ¿Existe menos pobreza en el país del norte, o al menos una mejor distribución de la riqueza? ¿Se acabó con la corrupción que tanto se achacaba a los Somoza? ¿Les interesa a los gobernantes de Nicaragua la salud y el bienestar de sus habitantes? No, gracias.

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