El Ministerio de Justicia y Seguridad Social y Dirección de Adaptación Social llevan más de un mes batallando contra el brote de paperas que se reporta desde inicios de setiembre en las cárceles de nuestro país y que ahora tratan de controlar para que no avance fuera de los centros penitenciarios.

Así lo confirmó el director de Adaptación Social, José Luis Bermúdez Obando Delfino.cr, luego de que el fin de semana anterior los Ministerio Justicia y de Salud acordaran prohibir las visitas en los módulos A3, A5, C2, C4 y D1 del Centro de Atención Institucional (CAI) Jorge Arturo Moreno Castro (conocido popularmente como La Reforma) pues el brote de paperas que obligó a cerrar el módulo C1 días atrás se extendió también a estos espacios.

Se vacunó a toda la población privada de libertad desde hace más de 15 días y también a la Policía Penitenciaria y al personal administrativo y profesional y se han seguido al pie de la letra las órdenes sanitarias que correspondan. El esfuerzo nuestro ha sido por contener las paperas en los centros penales y que no salgan de ahí y por eso se vacunó a toda la población y funcionarios con el fin de lograr la inmunidad correspondiente, aseguró Bermúdez a este medio el día de ayer.

El funcionario reportó que  si bien la semana pasada se dio un decrecimiento en los casos de paperas, el fin de semana aumentó el número de casos con la aparición de nuevos cuadros en centros penitenciarios donde a la fecha no se reportaban inconvenientes, como en la cárcel de San Carlos y en la cárcel de mujeres, la Vilma Curling. Además, en el CAI de San José en San Sebastián también se reportaron cuadros y como el fin de semana anterior trascendió que una funcionaria de la Oficina de Defensa Civil de la Víctima en la Fiscalía de Heredia, fue diagnosticada por paperas (aunque no se ha determinado cuál es la fuente de su contagio) los ministerios decidieron recrudecer la alerta.

En este momento las únicas (cárceles) que están sin paperas son Puntarenas y Cartago, aseguró Bermúdez.

El brote de paperas que afrontan los centros penitenciarios del país empezó hace más de un mes cuando empezaron a reportarse casos en las cárceles de Alajuela, Pérez Zeledón, Pococí y Limón. Por ello Salud ordenó aislar a las personas privadas de libertad que reportasen la enfermedad y por ello también se empezó a vacunar a todas las personas que pasen por los centros.

Según Bermúdez, entre el momento del contagio y la manifestación de los síntomas hay un período de incubación de aproximadamente 25 días. Por ello, y como las vacunas se están poniendo desde hace más de dos semanas, Justicia esperaba que los casos empezaran a bajar. Sin embargo, como eso no ha sucedido, médicos del Ministerio de Salud están ingresando diariamente a los centros penitenciarios a revisar en los módulos si hay personas con algún síntoma y así poder aislarlas para evitar más contagios.

Entre las medidas que se están tomando están además, la de llevar a los privados enfermos a las áreas que suelen utilizarse para visitas íntimas ya que estas, al no estar utilizándose, representan un espacio ajeno al contacto con el resto de la población; por otro lado se extremaron las medidas de limpieza y los inmuebles de los centros se están lavando tres veces al día con productos como cloro y desinfectante para tratar de combatir la propagación de la enfermedad.

Hemos trabajado mucho en el tema de la atención porque cuando los aislados no pueden recibir la visita íntima o la familiar y pasan mucho tiempo en el encierro tienen a sentirse presionados. Por eso hemos trabajado mucho en el tema de la capacitación en el sentido de explicar que las paperas no son mortales y que la vacuna incluye al sarampión y a la rubeola y se nos ha generado la necesidad de que la población privada de libertad se vacune contra otras infecciones del cuadro básico y eso lo hemos conversado ya con el Ministerio de Salud y con la Caja Costarricense del Seguro Social a mediano plazo, aseguró el funcionario referenciando el motín que los privados de libertad del CAI Gerardo Rodríguez en Alajuela, protagonizaron la semana pasada, molestos por la prohibición de las visitas.

Para el Director de Adaptación Social este "es un tema bastante complejo" porque, además de lo difícil que es contener la propagación de enfermedades infecto-contagiosas en cárceles que a nivel nacional reportan más de un 30% de hacinamiento, el brote está incidiendo en los traslados entre centros y en las audiencias judiciales donde se tiene que optar por videoconferencias o por obligar a todos los presentes a usar tapabocas con el fin de controlar el contagio.

Ese fue el caso de este lunes en el Tribunal Penal de San José donde, en una de las audiencias contra una mujer sospechosa de asesinar a sus dos hijos el año pasado, se obligó a todos los presentes a acudir con cubrebocas para evitar que el brote se propague fuera de las cárceles.

El aumento de los casos de paperas no es exclusivo de Costa Rica: desde inicios de año, Estados Unidos ha reportado un subidón en los casos y a junio de este año ya reportaban a más de 5 mil personas contagiadas. Por ello es que los Ministerios de Salud y Justicia están llevando una investigación aparte que detalle por qué se están presentando nuevos casos pues desde 1984 en Costa Rica se vacuna a todos los menores de edad a los 15 meses y a los 7 años contra esta enfermedad y en los casos reportados en centros penitenciarios no se contabiliza a ningún extranjero.

"Ese es un tema que están investigando en el Ministerio de Salud porque esto se sale de lo normal. Nunca antes habíamos tenido un brote de este tipo", aseguró Bermúdez.

Según declaraciones del epidemiólogo de la Dirección de Vigilancia de la Salud, Roberto Arroba Tijerino al diario La Teja, cada año el país reporta entre 150 y 200 casos de paperas, sin embargo a mediados de octubre ya contabilizamos 274 casos y su incidencia se ha recrudecido en las últimas semanas. No está de más extremar los cuidados.