En medio de la crisis de El Cementazo muchas personas me escribieron. Algunas de ellas, insisto, todavía hoy son protagonistas anónimos y anónimas de esta historia. Valientes. Costarricenses que dieron un paso al frente y que me fueron dando elementos que me permitieron construir mejor el alcance de la historia y la participación de cada uno de sus personajes. Así, sumando relatos, contrarrestando fuentes, atendiendo lo que publicaban los medios y aplicando un poco del olfato que dejan años en esto terminé resolviendo que Mónica Segnini —a quien no conocía y con quien nunca había hablado— era precisamente ese tipo de persona: valiente y decente. Si bien Delfino.CR apenas empezaba y todavía no era un medio como tal (apenas un “landing page” a una lista de correos) decidí contactarla y solicitarle una entrevista. Por las obvias limitaciones del caso (trabajaba solo, muchas horas al día) yo no solía hacer entrevistas pero algo me decía que tenía que hablar con ella. Afortunadamente aceptó. Fui al Banco de Costa Rica y me recibió en la que sería su oficina solo por unas horas más.
Recuerdo perfectamente bien ir camino a casa y leer en el teléfono la noticia de que Casa Presidencial había decidido suspenderla. Recuerdo mi frustración. Y lo extraño que se sintió ser la última persona en conversar con ella antes de que trascendiera la información. Me habló como presidenta de una institución que pretendió defender hasta el último momento. Lo digo así, sin reparos, disfrutando de aquellos que me dicen que “un periodista no hace eso” como si yo no tuviera tiempo haciendo el periodismo en el que creo. “Usted opina demasiado”. Sí. Y cada quien puede hacer con eso lo que quiera. Mi opinión entonces y ahora, es la misma. Segnini fue una de las pocas personas decentes en medio de una trama indecente.
Hoy me toca entrevistarla, casualmente, en otro día inusual, en el que la presidenta a la que ella sustituyó me envió un correo que solo puedo describir como insólito. Extraño, por decir lo menos, como extraño fue leerlo al tiempo en que preparaba, precisamente, este intercambio que ahora comparto con ustedes.
Habla por sí solo. Sabrán entonces, llegar a sus propias conclusiones, pues no hace falta que yo agregue nada más.
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¿En qué momento se enteró del crédito del cemento aprobado a Juan Carlos Bolaños?
El día 14 de octubre del 2015, nos informan que el Comité de Crédito del Banco aprobó dos operaciones crediticias a Sinocem de Costa Rica S.A. Nos indican que todo está debidamente analizado, documentado y aprobado. Eso quiere decir que existía –se supone– un expediente preparado con meses de antelación donde constaba la debida diligencia, donde se estudió y documentó la capacidad de pago del cliente, las proyecciones, los flujos, etc., porque de otra manera ¿cómo habrían calificado a ese cliente con capacidad A1?. Uno de los directores preguntó: “se trata del mismo proveedor de cemento del dique de Nosara?”… se nos dijo que no.
Dato D+: A los deudores bancarios se les clasifica con base en una mezcla de capacidad de pago, comportamiento de pago histórico y morosidad. Se asigna una nota de A1, A2, B1, B2, C1, C2, D o E, siendo A1 la categoría de menor riesgo y la E es la peor.
Hasta ahí, entonces, a ojos de la junta directiva todo parecía marchar con normalidad. ¿En qué momento empezaron a notar ustedes las irregularidades?
El 18 de agosto del 2016 Diario Extra publica la noticia titulada Investigan a dos diputados y crédito del BCR por $20 millones. Ese día la Junta Directiva sesionaba. El director Francisco Molina consulta al respecto. La administración nos dice que todo está bien, que el cliente no ha presentado ningún incumplimiento y que más bien lo que les preocupa es la filtración de la información. El auditor avala lo dicho por la Administración, y nos dice: “no hemos detectado ningún incumplimiento ni irregularidad”. La directora Evita Arguedas pregunta, yo pregunto; pedimos revisar ese crédito, Paola Mora –entonces presidenta– se opone y nos dice: “son especulaciones de la prensa… dejemos que sea la Fiscalía General la que esclarezca”.
Mmm ya. La Fiscalía General. ¿Qué dijo entonces el gerente del banco, Mario Barrenechea?
El gerente general, Mario Barrenechea, nos dijo que le preocupaba que se filtrara información del cliente y que el cliente nos fuera a reclamar. “Esa filtración es grave y se deben tomar las acciones correspondientes”, nos dijo.
¿Qué pasó después?
Diario Extra y CR Hoy continuaron revelando hechos graves. En la sesión del 22 de agosto del 2016, Paola Mora le pide al sub-gerente que nos aclare todo sobre el crédito de Sinocem. Nos dice que todo va bien, porque es un crédito muy bien estructurado y fiscalizado. Ese mismo día, la presidenta le pide a la jefa de investigaciones del banco, que ingrese a la sala y nos exponga sobre una supuesta denuncia penal sobre el rompimiento del secreto bancario, sobre la cual el banco estaba investigando.
Entonces tanto la presidenta como el gerente insistían en el tema del “secreto bancario” quebrantado y no se preocupaban por las irregularidades que ya se estaban haciendo de conocimiento público...
Es que para ellos, el problema no era el crédito, “el problema” era que se supiera sobre el crédito.
¿Y ustedes no tenían ya todas las alarmas prendidas?
Sí, pero una y otra vez se nos engañó y se nos aseguró que todo estaba en orden. Al mes siguiente, el Auditor General Corporativo nos informó que de la revisión del crédito a la empresa Sinocem de Costa Rica S.A., “los resultados son satisfactorios” y que más bien “se encuentran varias fortalezas en la estructuración del crédito”. Una semana después, Paola Mora le agradece a la Auditoría dichos informes, porque casualmente “le sirvieron para defender el crédito de Sinocem en la Comisión de Ingreso y Gasto Público”.
Sí, recuerdo que en ese momento el diputado Mario Redondo ya estaba escandalizado con las primeras informaciones. ¿Ustedes conocieron el contenido de esa comparencia?
NUNCA. Fue declarada secreta. La presidenta del banco (Paola Mora) solo nos informó en sesión de junta que le había ido “excelente” y que le habían explicado a los diputados de esa comisión la pureza del crédito. Incluso felicitó a la auditoría porque sus informes le ayudaron para defender el crédito frente a la comisión al punto que la propia comisión aplaudió la gestión del banco.
Entiendo. Recuerdo que el tema para entonces todavía no alarmaba a la opinión pública. ¿Cuáles directores estaban preocupados y qué medidas tomaron?
En ese momento muy particularmente Francisco (Molina) y yo.
Le cuento: en enero del 2017 el Comité de Crédito decidió renovarle las líneas de crédito a este cliente. Eso me preocupó. Les consulté entonces sobre el nivel de endeudamiento del cliente. ¿Cómo está la operación?, ¿cómo marcha el comportamiento de las ventas? ¿y la fiscalización?; todo eso les pregunté. Me responden que todo está bien con este cliente, que el primer año la línea operó bien, que solo necesita más plazo por asuntos de logística del cliente. Otro de los directores, Ronald Solís, nos dice que debemos ver “las ventajas que trae Sinocem al mercado de la construcción en el país”.
A raíz de una noticia de finales de enero en CR Hoy (la de la propuesta de reactivación económica), Paola Mora nos dice que fue ella junto al Gerente General quienes asistieron a una reunión en Casa Presidencial para entregar la propuesta de reactivación económica. También en esa nota se menciona el hecho de que “la página de la empresa a la que se le deposita en Hong Kong se opera desde La Uruca y que existen flujos de dinero hacia otros bancos”; Francisco Molina pregunta si eso es cierto y pide validar si se está cumpliendo con el plan de inversión. Los directores solicitamos que se verifique cada detalle, que se supone debía estar acreditado en el expediente del crédito. A la semana siguiente, nos dicen que de la debida diligencia que se ha realizado a este cliente, todo está perfecto.
Todo esto preocupa porque parece una operación muy bien orquestada desde adentro, más allá de los nombres que ya son de dominio público, pareciera que se pusieron de acuerdo muchas personas. ¿Qué pasó después?
A finales del mes de marzo del 2017 identifico un dato en uno de los anexos que recibimos con la minuta del Comité de Crédito que dice: “…existe una desmejora del cliente Sinocem de Costa Rica”. Solicito que me expliquen eso, porque nos han venido diciendo que todo está bien con este cliente. Es más, les pregunto que si eso es así, ¿cómo es que a inicios del año se le habían renovado ¡$30 millones!. Me responden que debe ser un error, “porque ese cliente está al día… porque ese cliente no puede tener ningún atraso”.
Francisco (Molina), Evita (Arguedas) y yo empezamos a sospechar de la información que se nos hacía llegar y por eso cuando el 5 de abril de ese año nos damos cuenta de que el Comité de Crédito tuvo conocimiento de dos informes relacionados con el crédito de Sinocem, consultamos. El sub-gerente a cargo nos comenta sobre “algunos problemas” identificados en la operativa del cliente y que generaron una lista de observaciones y recomendaciones, pero que “ya todo se subsanó… y además…el cliente está al día…”. Entonces pedimos ver esos informes...
Se trataba de los Informes de la División Jurídica y de la Oficina de Investigaciones que ya se han hecho públicos. A pesar de tanta evidencia, nos responden que ya tomaron la decisión de “continuar con la operación por un interés institucional”. ¿Puede imaginar nuestra frustración? ¡Éramos solo 3 votos! Todo esto consta en actas y se lo expusimos al Consejo de Gobierno.
Por eso hoy podemos estar tranquilos, por eso no renunciamos y por eso hoy estamos destituidos...
¿Por qué no reaccionaban los otros miembros frente a tantos indicios?
Alberto (Raven) no opinaba por las razones que ya conocemos (nota del periodista: Raven se mantuvo al margen para que no se insinuara que existía algún conflicto de interés pues había tenido vínculos con una cementera en el pasado). Los otros le creían al gerente y a la presidenta de ese entonces ... La explicación que recibíamos una y otra vez es que las denuncias que salían en la prensa: “tienen relación con la competencia por el mercado del cemento”.
¿Cómo reaccionó usted?
Les dije que las consultas que estábamos haciendo tenían validez técnica y jurídica, no salían de “especulaciones de la prensa, ni de guerras comerciales”, ¡lo estaba confirmando un informe oficial del banco! Nuestra frustración era enorme. Nos sentíamos solos y expuestos. Éramos minoría y nadie nos prestaba atención.
Y después... se filtra la grabación.
El día que supimos de la grabación entendimos la verdadera dimensión y gravedad del problema: no había vuelta atrás. Ya los indicios eran suficientes para ordenar una investigación, no era posible que no pudiésemos ir más allá de dejar constando en actas nuestra posición, pero seguíamos necesitando mayoría, y para ese entonces, solo éramos tres (nota del editor: se refiere a ella, Francisco y Evita). Eso cambió en ese momento.
Como dije, Alberto no había querido entrar en el tema pero el día que nos informa que escuchó la grabación del diálogo entre Juan Carlos Bolaños y Guillermo Quesada (funcionario del Banco), comenzó a moverse la balanza. Cualquiera pensaría que luego de tener conocimiento de tales hechos ya ningún director ni ningún alto ejecutivo del banco tendrían duda. ¡Pues lamentablemente no fue así!
Un par de días después, el cliente nos envía una nota diciendo que “el audio es falso” y que dejemos de perder tiempo discutiendo sobre el tema. ¡Sí, aunque usted no lo crea! Hoy todavía me pregunto: ¿Cómo lo sabría con tanto detalle? ¿Cómo podía saber el cliente que habíamos discutido el tema en sesión? ¡Era como si hubiese sesionado ese día con nosotros!
Para ese entonces ustedes cuatro, imagino, ya habían perdido la confianza en la presidenta...
Las reacciones frente a estos hechos, las amenazas y el comportamiento de la presidenta nos hicieron perder la confianza en ella. Logramos consolidar una mayoría y pedirle la renuncia en la sesión del 5 de julio. Sin embargo, no pudimos celebrar esa sesión por una amenaza de bomba... evacuaron a todo el banco y a la Junta Directiva le pidieron salir, pero nos negamos.
¿Qué pasó después?
Yo no podía creer lo que veía. Me fui a mi casa incrédula. A las 24 horas, Paola Mora renuncia por su cuenta. No se logra el nuevo nombramiento de presidencia porque las presiones continuaron…
¿Desde dónde?
De Mario Barrenechea quien estaba desesperado y literalmente le rogaba a algunos directores que no me nombraran. Del ministro de la Presidencia también. Cuando ese día yo llego al parqueo del banco, me suena el teléfono y no puedo contestar, era una llamada de Sergio Alfaro. Tanto Alberto como Rodrigo recibieron otras presiones de peso, de otras personas, pero les corresponde a ellos decidir si aluden a ellas.
En fin, cuando subo al piso 6, me doy cuenta que ya había convencido a Gustavo Arias, quien me dice que no puede desobedecer a Casa Presidencial y que ya no va a votar por mí. Francisco me dice que a él también lo llamó Sergio Alfaro y que le pidió que apoyara a Gustavo, que mejor lo llame yo para ver qué es lo que pasa.
Yo lo llamo, lo escucho: su argumento era que Gustavo tenía una posición más “neutral”..., yo le digo que no puede ser posible que accedan a esas presiones de Mario y de Paola. Evita y Alberto piden hacer llamada en conferencia con don Sergio porque no entendían las razones.
Sergio se niega a explicarles...
¿Cómo se resolvió entonces el asunto?
En la primera votación Gustavo, Ronald Solís y Paola Mora votan por Gustavo y los 4 restantes por mí. Para la firmeza del voto se requería mayoría absoluta, entonces, en segunda votación, solo Paola Mora no vota por mí...
El 11 de julio se me nombra como presidenta de la Junta Directiva. Ese mismo día cuestionamos que a la fecha no se había tomado ninguna decisión de investigar los hechos graves que veníamos conociendo. Se le pide a la Auditoría que emita un criterio técnico para iniciar con una Investigación. También se acuerda de inmediato trasladar al Ministerio Público los hechos.
A los quince días, adoptamos dos acuerdos en firme: iniciar con una investigación preliminar para sentar posibles responsabilidades de la Administración Superior del Banco en el otorgamiento del crédito a la empresa Sinocem de Costa Rica S.A. y suspender al gerente general, Mario Barrenechea.
Lo recuerdo, más o menos por ese entonces usted me concedió una entrevista... y al día siguiente Casa Presidencial decidió suspenderla junto a sus compañeros.
Así fue... apenas nos dio tiempo de tomar las decisiones que correspondían a pesar de la fuerte oposición y las amenazas que recibimos. Quiero que quede claro que descubrimos otras irregularidades que había que investigar, lamentablemente el presidente de la República decidió detenernos. Primero nos pidió la renuncia. Como no se la dimos a la semana siguiente nos suspendió por seis meses que se transformaron en más de un año y, eventualmente, en la administración Alvarado Quesada en una destitución definitiva...
¿Con qué criterio la administración Alvarado Quesada decidió despedirlos a usted y a Francisco?
Sin ningún criterio ni hecho adicional al de contar con un oficio de la Sugef. Un documento (porque no es un informe) que dice que la junta no se pone de acuerdo porque yo denuncié a Paola Mora por una alteración de acta y que por otro lado Paola Mora denunció a los directores y eso va en contra de “las buenas prácticas de gobierno corporativo”. No dice de qué nos denunció y a la fecha no conocemos de qué fuimos denunciados. Es un misterio.
En ese mismo oficio, la Sugef reconoce que a partir de agosto (luego de que yo asumiera la presidencia) se nota el enfoque de la Junta hacia los asuntos estratégicos del banco....
¿Cómo se resolvió la suerte de los otros directores?
Ronald y Gustavo renunciaron cuando Luis Guillermo se los pidió. A Evita Arguedas se le venció el periodo de nombramiento sin que le resolvieran el caso. Alberto Raven, aportó su descargo y luego renuncia. Paola Mora fue destituida por alterar el acta.
¿Qué la motiva a hablar en este momento?
Lo más importante es que yo tenía que esperar que terminara el proceso administrativo en Casa Presidencial para referirme al tema. Como dije, dijeron que serían 6 meses... y esperamos más de un año para terminar despedidos. Por otro lado, ya los detalles del crédito se han hecho públicos. Por último e igualmente —para mí— muy importante: por un tema de transparencia y rendición de cuentas. Muchas personas intentaron dañar nuestros nombres y nuestra reputación y los costarricenses tienen el derecho a saber que sí existió un grupo de personas que hizo todo lo posible por defender sus intereses y defender a la institución. Lamentablemente no nos lo permitieron... pero aquí estamos hoy, dando la cara.
¿Qué espera usted que suceda ahora?
Hoy confío en la labor que está realizando la Fiscalía General y me siento afortunada por la democracia que tenemos. Estoy agradecida con los medios de prensa y los periodistas valientes, esperanzada por los magistrados honestos y los funcionarios probos del Organismo de Investigación Judicial. Dichosamente Costa Rica está llena de gente que entiende que la integridad es la mayor riqueza que podemos tener como personas y como sociedad.