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— El máximo representante de la Iglesia Católica costarricense, monseñor José Rafael Quirós, ya no asistirá la cumbre mundial sobre pedofilia que convocó el papa Francisco para el próximo 21 de febrero en Roma, pues fue denunciado ante la sede del Vaticano en el país por el supuesto encubrimiento de una serie de abusos sexuales que nueve jóvenes exmonaguillos le imputan al sacerdote Mauricio Víquez Lizano y de los que, según la denuncia, Quirós tenía pleno conocimiento.
— Así nos lo reveló la mañana de ayer el Semanario Universidad en otro reportaje que nos recuerda la importancia del trabajo que vienen haciendo.
— El nombre de Mauricio Víquez no es nuevo para nadie. Hace unos días trascendió que el sacerdote ya lleva 9 denuncias canónicas en su contra y un caso judicial por violación y abuso sexual a los menores de edad que servían como monaguillos en sus parroquias. Víquez además fue vocero en temas de familia de la Iglesia Católica (helo aquí figurando) pero fue separado de su cargo por la Iglesia en 2016 luego de que trascendieran conversaciones suyas de carácter sexual con hombres homosexuales.
— Ahora bien, la denuncia de encubrimiento se fundamenta en que José Rafael Quirós, hoy arzobispo, conoció de estas acusaciones desde el 2003cuando fungía como vicario general de la Arquidiócesis de San José y no hizo mucho… por no decir que no hizo nada.
— El primer denunciante fue Anthony Venegas Abarca quien al momento de acudir a Quirós era menor de edad. Venegas dice haberse presentado en la Curia Metropolitana a denunciar los abusos de los que fue víctima en conjunto con otros monaguillos y asegura que la respuesta que recibió del hoy arzobispo fue que el cura tenía problemas psicológicos y que como compensación se le ofrecía a la víctima una “guía espiritual”. Quirós aseguró al Semanario que reportó del hecho a su superior, el entonces arzobispo Hugo Barrantes y que es por eso que a Víquez se le separó del cargo en esta iglesia… y se le pasó a otra.
— Quince años después, Venegas contactó a otro joven llamado Michael Rodríguez Solera quien también denuncia haber sido abusado por Víquez y juntos alzaron la voz tanto para denunciar al sacerdote, como a la Iglesia Católica por ya haber conocido de estos hechos y seguir colocando al sacerdote frente a comunidades.
— Por ello es que el año pasado Rodríguez Solera acudió ante el representante del Papa Francisco en Costa Rica, el nuncio Antonio Arcari, pues en casos de encubrimiento tiene que ser una autoridad mayor de la Iglesia Católica la que reporte la situación al Vaticano. Arcari recibió la denuncia de Rodríguez el 19 de setiembre de 2018 y el 5 de noviembre otra denuncia de parte de otra vecina de Patarrá, quien es madre de otro de los monaguillos y asegura que Víquez también trató de tocarle los genitales a su hijo.
— Aquí es importante recordar que, en este momento, lo único que se puede hacer con Víquez es tramitar estas denuncias por la vía canónica, pues por la vía judicial el caso ya prescribió ya que de acuerdo a nuestra legislación actual, las víctimas tienen hasta 10 años después de haber cumplido la mayoría de edad para denunciar actos de violación y abuso sexual…
— Si Quirós hubiese denunciado penalmente en 2003, cuando Venegas tenía 16 años, la cosa sería otra, pero como él mismo le dijo a los denunciantes cuando le reclamaron su inacción “se me pasó ese asunto“.
— La semana pasada al exponer el caso de la nueva denuncia penal contra Víquez (que, nos amplía Universidad, podría prescribir en setiembre, cuando hayan transcurrido diez años de la mayoría de edad del denunciante cuyo nombre se mantiene en el anonimato y porque Víquez escapó del el país y no se conoce su paradero) les hablamos de una reforma que pretende que la ley cambie la regla de la prescripción de los casos de delitos sexuales, para que se amplíen los 10 años después de la mayoría de edad de la víctima.
— Pues bien, dicho proyecto de ley ¡por fin! fue presentado ayer en la Asamblea Legislativa por el diputado del PAC Enrique Sánchez bajo el nombre Derecho al Tiempo. De este tema hablaron tanto Sánchez como la presidente ejecutiva del INAMU, Patricia Mora, ayer en el programa Nuestra Voz de Amelia Rueda.
— Allí, Sánchez aseguró que el proyecto de ley viene de la mano de los tres denunciantes de Víquez para quienes el retiro del sacerdocio al cura no es suficiente: se requieren sanciones penales que respeten los tiempos de cada persona, pues el proceso para caer en cuenta del abuso, principalmente a tempranas edades, el miedo y el estigma pueden hacer que para las víctimas el camino a la denuncia sea muy largo:
Es el derecho fundamental de las personas para procesar lo que vivieron en su niñez, en su juventud y tener las herramientas para enfrentarse a esa persona que fue su abusador y que posiblemente fue una persona cercana y tener el tiempo suficiente para asumir el proceso judicial con las repercusiones que este proceso tiene para ellos.
— Además, tanto Sánchez como Mora hablaron del papel que juega la sociedad en la denuncia de estos abusos. Sobre el tema, Mora aseguró que:
Estos no son temas fáciles. Son temas que nos van tocando el alma y que casi que por un instinto de autoconservación, casi que decimos ‘mirá no los toquemos’, vámonos con temas más fáciles. Y este proyecto lo pone sobre el tapete.
— Sánchez agregó:
Ese silencio que la sociedad quiere crear alrededor de temas como estos es el mismo silencio que hace a estos chicos y chicas no querer denunciar porque da miedo, porque ‘¿quién me va a creer a mí? Yo tenía 12 años ¿quién me va a creer a mí frente al sacerdote de mi comunidad? ¿o frente a mi tío o frente a cualquier persona cercana?’ Hemos encontrado muchos estudios psicológicos que señalan que este tipo de eventos generan bloqueos en la mente de la persona y que hay momentos que lo desencadenan y situaciones que hacen que usted en algún momento frecuentemente y la forma de superar ese trauma, decían las personas expertas, es denunciándolo.
— Las tres historias que cuentan los denunciantes y que reproduce completas Universidad, son dignas de película de terror (o de Spotlight, la ganadora al Oscar en 2016 y a la que Mauricio Víquez deslegitimó en Twitter por “anticatólica”). Lo que pasa, es que aquí no hay ficción: aquí hay denuncias reales y presuntos encubrimientos canónicos y eso es lo que no debe pasársenos por alto ni a nosotros, ni a los diputados que ahora sí tienen en su manos mover esta legislación para que no hayan más casos que se queden, únicamente, en el retiro del sacerdocio.
Esta nota es parte del Reporte: Iglesia Católica en llamas por denuncias de abuso.