Una política nivel país que se enfoque en el desarrollo de la producción y en incentivar a las grandes empresas a aumentar las oportunidades laborales a gran escala, es lo que propone el Estado de la Nación en la entrega de su nuevo informe, para alejar al país de una crisis económica.
El Informe presenta este año, un panorama país complicado en el que "la economía crece menos y no genera empleos, esto complica la posibilidad de combatir la pobreza y el deterioro de la convivencia social, particularmente la inseguridad ciudadana", como señaló el coordinador del PEN, Leonardo Merino, durante la presentación del documento.
En el 2017, el Informe del Estado de la Nación ya había alertado que la economía costarricense se basa principalmente, en una estructura que no genera encadenamiento productivo. Este dato se sostuvo el año anterior y es una de las alertas de este año, pues el sector económico que más está creciendo en el país es el sector servicios y esos servicios en la mayoría de los casos, no están generando mayor empleabilidad.
De aquí es donde surge la necesidad, según el PEN, de generar una política que potencie la inversión a gran escala, algo que décadas no se prioriza en Costa Rica.
Política laboral que reduzca brechas
Uno de los mayores aspectos que generan brechas sociales y desigualdad, es exactamente esta estructura productiva nacional. De hecho, el Informe señala que el 51% de ésta, se explica por las brechas de la forma en que Costa Rica produce y por eso cada vez somos un país más desigual.
Los sectores más modernos de la economía están generando menores y mejor pagados empleos, mientras que los más tradicionales están ofreciendo mayores opciones para personas con menor capacidad laboral, pero con salario más bajos.
Así, la mitad de la desigualdad de ingresos entre las personas ocupadas, se explicó por las diferencias salariales existentes dentro de las ramas de actividad y el resto se atribuye a diferencias entre sexo, edades, ubicación geográfica y otros.
Esta es una cadena en que cada vez se contrata a menos gente a la que se le pagan salarios altos, a la vez que se generan cada vez menos oportunidades de negocio que contraten mucha mano de obra y en los casos en los que se produzcan estas contrataciones a gran escala, lo que se suele pagar es poco. Las zonas rurales y las personas con menor calificación técnica, son los que más sufren por esta causa y por tanto, las que más riesgo corren.
La desigualdad de ingresos ha crecido y se mantiene en niveles históricos. El Coeficiente de Gini, que mide la concentración de ingresos, mantiene un comportamiento volátil. CR es uno de los países más desiguales de América Latina, agregó Merino.
Así se elevan los índices de desigualdad y de pobreza pero, además, se afecta la capacidad de consumo de esas familias, que se traduce en menos compras, menos ingresos para el Ministerio de Hacienda en materia de renta y aumento del déficit fiscal.
El PEN alertó que en Costa Rica no se ha desarrollado una política real que potencie la productividad nacional. Este es el eje en que estamos debiendo y la apuesta del Informe, para salir de la situación económica crítica.
Los avances en el crecimiento de la economía y la productividad reducen la desigualdad, cundo ocurren de manera sostenida por al menos cuatro años. Este hallazgo tiene una implicación trascendental para la política pública, ya que el estímulo a una mejora generalizada en la producción es favorable para el desarrollo humano del país, cita el documento.