El vigésimo cuarto Informe del Estado de la Nación de 2018, presentado este martes en la mañana, reveló que por las presas y congestionamientos de todos los días, el país pierde hasta el 3,8% de su Producto Interno Bruto (PIB).
Los costos para los trabajadores a causa de la congestión en la GAM representan alrededor de un 3.8% del PIB (cerca de 2.527 millones de dólares). Los cantones con mayores costos totales son San José, Desamparados, Alajuela, Heredia, Goicoechea, Cartago, La Unión y Vásquez de Coronado, señala textualmente el documento.
Este porcentaje se calculó estimando cuánto les cuesta a las personas el tiempo en una presa para llegar a su trabajo, en los casos en que se tengan que trasladar de un cantón a otro. Para ello se consideró la duración de estos movimientos, el perfil profesional y el valor del trabajo por horas para los habitantes de cada cantón. Luego se midió ese costo en situaciones de flujo libre (osea, sin congestionamiento) y se asignó un valor monetario a la diferencia que generan esos atascos.
Así se determinó que si el resultado económico obtenido se reflejara en ingresos para el Ministerio de Hacienda, la situación sería bastante menos crítica en materia económica.
Los habitantes de cantones como Barva y Aserrí, gastan en promedio entre $3 mil y $5 mil anuales para llegar a sus trabajos, pero además de la repercusión económica, se encuentra la ambiental y la que afecta la salud humana.
Es el sector transporte el que consume el 72% de nuestra energía y lo hace mayoritariamente vía petróleo, con todas las emisiones de gases que vienen asociadas a ello.
En consecuencia, el GAM está lejos de considerarse una zona limpia, con elevados índices de contaminación sónica, que ya quintuplican el límite apto para la comunicación.
Otra de las áreas de impacto de este exceso de carros, se encuentra relacionado con las lesiones y los accidentes de tránsito, pues de acuerdo con el reporte global del 2015 que el Informe recopila, en ese año la mitad de las víctimas mortales en incidentes en carretera, fueron usuarios vulnerables como peatones, ciclistas y motociclistas, lo que dificulta el objetivo de sacar al país de la dependencia motorizada.
Ese es el reto principal que tiene Costa Rica a futuro en este tema, si quiere descongestionar a la capital y sacarla del atasco.