La noticia de la jornada se filtró desde la Asamblea Legislativa. Múltiples señales daban a entender a propios y extraños que algo grave estaba aconteciendo, como en efecto se sabría horas después.

Una sesión de Plenario marcada por la continuidad de largos recesos fue la señal manifiesta de que en el Castillo Azul la ministra de Hacienda, Rocío Aguilar, informaba a los diputados jefes de fracción de la medida extraordinaria (por evitar usar la palabra "desesperada") que se activaría; un mecanismo no usado desde la quiebra del Banco Anglo Costarricense.

"Títulos de Tesorería" fueron las palabras que rápidamente empezaron a propagarse por los pasillos del Congreso, excepto a la barra del público, donde manifestantes sindicalistas continuaban lanzando consignas para la retirada del plan fiscal, posiblemente sin enterarse que su salario corrió el riesgo de no llegar como se tenía calendarizado, sino muy probablemente hasta el 30 de septiembre.

'¿Es grave?' Le consultamos a la presidenta d...