— “Zafa la tabla al aborto terapéutico, pacta con los taxistas y se hace bolas con aquella ocurrencia de los "garantes éticos". El presidente Carlos Alvarado no tiene una buena semana. Se salva que diputados de Restauración Nacional le emparejan la cancha”. El tuit del colega Álvaro Murillo bien podría funcionar como reporte para la jornada de hoy. Así de atinado fue. Pero, a efectos de honrar nuestro deber, permítannos elaborar... empezando con “la bronca del aborto”.
— Las cosas en realidad pintaban bien y parecía que el jueves iba a ser la excepción en una mala semana para el presidente. Alvarado ofrecía una conferencia de prensa en el Estadio Nacional como parte de los Juegos Deportivos Nacionales y felizmente anunciaba la entrega de ₡550 millones al Comité Olímpico de Costa Rica (CON) con el fin de asegurar la participación del país en los XVIII Juegos Deportivos Panamericanos de Lima, Perú.
— Aquel buen ambiente cambió ante la primer pregunta de la prensa —con razón el presidente no atiende consultas de forma cotidiana— sobre la posición del Gobierno en el tema del aborto terapéutico. Visiblemente incómodo y un poco alterado Alvarado contestó hablando de las prioridades del país (crisis fiscal, empleo y seguridad) y de sus compromisos adquiridos en su Plan de Gobierno y el acuerdo con Rodolfo Piza. Después tuvo el —llamémoslo— desliz de cerrar con la frase que acaparó titulares:
“Quien quiera llevar la agenda allá [al tema del aborto], lo hace a sabiendas, no solo de que distrae la atención de estos temas. Que son prioritarios para Costa Rica, sino que muchos, no quiero decir todos porque muchas personas lo hacen por convicciones o creencias, pero muchos lo hacen porque saben que es la única forma en que se pueden visibilizar y eso no está bien para Costa Rica. Costa Rica necesita soluciones en lo fiscal, en empleo, en seguridad ciudadana, y eso es lo que voy a hacer. Yo tengo un compromiso que tengo cuatro años para cumplir y veré cuál es el momento en que lo haré”.
Dato D+: El Plan de Gobierno de Carlos Alvarado dice: "Impulsar la institucionalización de la Norma Nacional sobre aborto terapéutico según lo establecido en el artículo 121 del Código Penal. Además de la normalización técnica de la CCSS (guía clínica) sobre dicha norma en servicios de salud, se deben incluir instrumentos, divulgación, sensibilización y capacitación del personal de salud. Se le prestará especial atención a la temporalidad de aplicación de la norma a quienes así lo requieran".
— Como cualquiera hubiera esperado —hasta el propio Alvarado, probablemente después de que se calmó— sus palabras generaron malestar inmediato en figuras que le apoyaron en campaña como Paola Vega, María Luisa Ávila, Margarita Salas, José María Villalta, Cristian Cambronero, Gabriela Arguedas y bueno... podríamos seguir con la lista de personas que esperaban que lo estipulado en el Plan de Gobierno en tema de aborto terapéutico fuera una realidad pronta y nos daría diciembre.
— Tales reacciones son más que comprensibles si tomamos en cuenta que el protocolo ya se encuentra elaborado y listo desde la administración pasada, pero —como hemos recordado n veces— no fue firmado por “motivos políticos”. A pesar de eso un buen sector de la ciudadanía se permitió pensar que las cosas serían distintas en el nuevo Gobierno y... seringa.
— Sucede que la posición de Alvarado en campaña siempre fue clara en el tema. Hasta en Telefides (¡!) señaló sin titubear los casos en que la ley actualmente permite el aborto terapéutico... no había ninguna razón para esperar que este no fuera uno de las primeros temas a resolver por el Gobierno, especialmente tomando en cuenta el discurso generalizado durante la campaña (Es por vos, etc).
— La pregunta es válida: ¿Por qué atrasar la firma de un protocolo que únicamente viene a dar claridad al personal de salud de cuándo se debe realizar el procedimiento? La respuesta es obvia: Rodolfo Piza Rocafort. Es triste hasta dónde puede llegar la testarudez en un tema, lo hemos dicho ya, Piza no solo erosiona —y mucho— su propia imagen, se lleva la de Alvarado entre las patas.
— Todo esto ya lo habíamos anunciado en el reporte del martes pero las declaraciones del presidente nos confirman la teoría de que mientras Piza sea parte de este Gobierno... el protocolo no verá luz verde. Digo, salgo sorpresa mayúscula.
— Lo cierto es que el propio presidente nos lo está poniendo en aviso, él considera que tiene 4 años para atender este tema… así que habrá que esperar entonces a que el acuerdo Piza-Alvarado se rompa... o a que Piza deje el Gobierno… De momento ese es un escenario lejano porque definitivamente Piza es tratado como una pieza clave del Gobierno de Unidad Nacional... por lo que parece que tendremos que esperar hasta que, por ejemplo, decida dejar su puesto para ¿ser precandidato con su partido? En todo caso: ¿ahí sí podrá Alvarado ponerle la firma al bendito protocolo? El tiempo dirá.
— Ese escenario, eso sí, estaría dentro de los 4 años que dice tener Carlos para cumplir con su promesa, por lo que podemos darnos por notificados… No por eso quienes han venido luchando por este tema dejaran de hacerlo… o dejarán de recordarle a Alvarado que la espera, más bien, ha sido ya demasiada. Y aunque el presidente se enoje esas inacciones y declaraciones no dejan de "falsearle" su base de apoyo en algunos de los sectores progresistas que movieron cielo y tierra para llevarlo a la presidencia...
Bonus Track: Daniela Soto en Teclado Abierto escribe sobre "El derecho al aborto en Costa Rica". Tienen que leerla.
Esta nota es parte del Reporte: La semana más complicada del presidente Alvarado del 6 de julio del 2018.