Nuestra Constitución Política y diversos instrumentos internacionales de Derechos Humanos garantizan a todos los costarricenses la libertad de expresión.
Sin embargo, contrario a la creencia generalizada de que ello es una licencia para decir lo que sea, sin ningún tipo de censura o consecuencia, lo cierto es que hay casos específicos en los cuales ese derecho puede ser coartado mediante la censura previa.
Para esta edición de Cívica 2.0 nos dimos a la tarea de recopilar la normativa sobre el tema.
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El Pacto de San José establece en el artículo 13 que toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y expresión, el cual incluye buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, en forma escrita, impresa, artística o de cualquier otra forma.
Ese mismo numeral establece que el ejercicio de la libertad de expresión no puede estar sujeto a censura previa, sino a responsabilidades ulteriores fijadas por Ley y que tengan como fin asegurar el respeto a los derechos y la reputación de los demás, así como la protección de la seguridad nacional, el orden público, la salud y moral públicas.
Sin embargo, la Convención autoriza a que se pueda aplicar censura previa a los espectáculos públicos, únicamente para proteger la moral de la infancia y la adolescencia.
Finalmente, el artículo 13 establece que está prohibida la propaganda en favor de la guerra, la apología del odio nacional, racial o religioso que incite a la violencia o cualquier otra acción ilegal contra cualquier persona o grupo de personas, por ningún motivo.
Por otro lado, la Sala Constitucional ha desarrollado en múltiples resoluciones el derecho a la libertad de expresión y prensa.
La tesis que ha sostenido ese tribunal es que esa libertad de expresión no puede ser ejercida de forma que vulnere postulados éticos, para asegurar la convivencia pacífica y el equilibrio en el ejercicio de los derechos y libertades esenciales de los ciudadanos.
De todo lo anterior se puede concluir que todos tenemos libertad de expresión, sin embargo, seremos responsables del abuso que cometamos con ese derecho en perjuicio de los demás. La libertad de expresión, sin embargo, no aplica para divulgar discursos de odio, propaganda a favor de la guerra ni para hacer incitaciones de violencia.