A partir de hoy y hasta el próximo primero de mayo, Delfino.cr ha preparado (para los subscriptores de Delfino+) un especial a cargo de Trilce Villalobos, quien se propuso escuchar las voces de las cuatro personas que ocuparon la presidencia del primer poder de la República durante la administración Solís Rivera.
El día de hoy publicaremos una entrevista con Antonio Álvarez Desanti (PLN). El jueves será el turno de Henry Mora (PAC), el sábado de Rafael Ortiz (PUSC) y el lunes —si nos recibe— el de Gonzalo Ramírez (PRC). ¿Nota usted el patrón? Cuatro hombres, todos en fila, y si nos vamos para atrás hay que viajar hasta mayo del 2000 para encontrar la última vez que una mujer fue electa presidenta de la Asamblea Legislativa. ¿Sabe usted cuántos hombres han ocupado la presidencia del Congreso? 53 ¿Sabe cuántas mujeres? 2.
Cada primero de mayo de los últimos cuatro años, hubo alguna mujer que aspiró a ocupar el puesto, sin embargo, ninguna resultó electa. En el 2014, la mayoría escogió a Henry Mora por encima de Sandra Piszk; luego a Rafael Ortiz por encima de Marcela Guerrero; a Antonio Álvarez Desanti frente a Emilia Molina y finalmente, a Gonzalo Ramírez frente Carmen Quesada y Natalia Díaz.
Durante este cuatrienio las diputadas se habían organizado y exigido que una de ellas ocupara la presidencia legislativa, pues la última mujer en tener ese cargo fue Rina Contreras. Sus esfuerzos, sin embargo, fueron infructíferos por diversos factores políticos y del momento. No se puede afirmar que no fueran electas por el hecho de ser mujeres... pero tampoco se puede negar que el hedor a machismo todavía está impregnado en la asamblea, especialmente cuando estamos ante una seguidilla de 17 elecciones masculinas consecutivas.
El 2018 llega plagado de oportunidades
El sistema de paridad horizontal y vertical poco a poco empieza a rendir frutos: este año 26 mujeres llegaron al Congreso. Tal cantidad representa el porcentaje de legisladoras más alto alcanzado en la historia del país (45.6%) y por eso mucho tenemos que agradecerle al Tribunal Supremo de Elecciones y a la Sala Constitucional por este logro.
El dato por sí solo no es suficiente: debe funcionar como trampolín para impulsar cambios más profundos ya no —solo— a nivel de legislación, también a nivel de mentalidad...
En ese sentido no existe mejor momento que este para poner fin a la aludida racha de 17 hombres en el Castillo Azul. Hoy sabemos que Liberación Nacional dará sus 17 votos al PAC para que se deje el cargo, y no solo celebramos el gesto (acorde a la costumbre legislativa de ceder el primer año de gobierno al partido oficialista): lo vemos como una oportunidad histórica para el PAC.
El partido oficialista ya anunció su intención de llevar a una mujer a la presidencia del Congreso (sus opciones son: Nielsen Pérez, Paola Vega, Carolina Hidalgo, Laura Guido y Catalina Montero; y ahora, con el respaldo del PLN, está a las puertas de lograrlo: 10+17=27. Faltan solo dos votos para sumar otro avance histórico a una muy pero muy convulsa campaña electoral.
Recordemos que hace solo un año, en las pasadas elecciones del directorio legislativo, Liberación Nacional nos tomó por sorpresa y apoyó la elección del primer pastor cristiano como presidente de la Asamblea (Gonzálo Rámirez) y que hace solo 3 meses otro predicador (Fabricio Alvarado) ganaba la primera ronda electoral y se enfilaba a la presidencia de la República.
Recordemos también que de 13 candidatos a la presidencia una sola era mujer e incluso prefirió aclarar que no era feminista. Sumando elementos un giro hacia un conservadurismo machista parecía inevitable en Costa Rica.
Sucedió lo contrario: el país abre las puertas a un periodo de logros para mujeres en altos puestos. Así, hemos visto a Emilia Navas asumir como la primera mujer a cargo de forma plena de la Fiscalía General y a Epsy Campbell ser electa como la primer mujer afrodecendiente en ocupar una vicepresidencia en toda América Continental.
Un paso en la dirección correcta
Si el día que anuncie su equipo de Gobierno, Carlos Alvarado cumple su promesa de tener un gabinete paritario, no debemos pensar que la "equidad" ha sido alcanzada, pero tampoco podríamos negar que estamos dando pasos en la dirección correcta.
Hay que comprender que nombrar o elegir mujeres en puestos de alto perfil político no es un acto meramente simbólico, ni tampoco se trata de colocar cumplir "cuotas". No, se trata de reconocer la capacidad de cada una de estas mujeres para asumir liderazgos a los que históricamente se les ha negado o dificultado el acceso.
En el fondo, se trata también de entender la importancia y el valor que aporta al país el contar con diversidad de todo tipo en los altos puestos de Gobierno. Como bien se lo recordara el Primer Ministro canadiense Justin Trudeau a Carlos Alvarado, cuando lo llamó para felicitarlo por su victoria: "Lo más valioso de un gabinete con igualdad de género no es necesariamente lo simbólico o el ejemplo, sino la calidad del diálogo y la calidad de resultados que genera un equipo más diverso con una perspectiva más amplia".
El PAC tiene ahora la pelota en su cancha. Está a dos votos de recordarle a Costa Rica que sí se puede seguir trabajando por dejar a las futuras generaciones un país en el que todas y todos lleguemos a ser realmente iguales. Equidad. Paridad. Igualdad. ¡Progreso!
Recuerde que su voz hoy tiene hoy más peso que nunca. ¿Quiere ver a una mujer en el Castillo Azul? Utilice el hashtag #MujerPresidentaYA y recuérdele desde ya a la próxima Asamblea que esta vez estaremos más atentos y más pendientes que nunca de su trabajo.