- En cinco días consecutivos de protestas masivas de la ciudadanía en todas partes del país han muerto 28 personas a causa de la represión policial y los ataques de fuerzas de choque del Gobierno.
- Los saqueos a establecimientos comerciales, mercados y supermercados aumentaron la mañana del domingo, se registran más incendios, trincheras y barricadas, se reportan 64 heridos confirmados y se mantiene la censura a medios.
- El presidente Daniel Ortega anunció la revocación de la reforma al sistema de seguridad social que detonó las protestas. El mandatario insistió en dialogar con el sector privado pero sin condicionamientos. Además, descalificó a los protestantes llamándolos “pandillas” y los amenazó con usar “medidas constitucionales”.
Domingo
Durante las horas de la mañana del domingo predominaron los saqueos en distintos puntos de Nicaragua. Medios oficialistas acusaron a los manifestantes de perpetrar dichos saqueos; sin embargo, medios independientes mostraron imágenes en que policías permiten tales actos e incluso aparecen llevándose productos de las tiendas. La población ha salido masivamente a comprar víveres y abastecer sus vehículos de combustible.
En horas de la tarde el presidente Daniel Ortega hizo una aparición televisiva rodeado de inversionistas extranjeros que le prestaron su respaldo. Anunció la revocación del paquete de reformas a la Seguridad Social, reiteró estar dispuesto a dialogar únicamente haciendo alusión a la cámara de la empresa privada nacional e invitó a dirigentes de la Iglesia Católica a ser garantes de tal diálogo. Acto seguido, insistió en descalificar a los manifestantes en las calles llamándoles “pandillas”, acusándolos de ser los responsables de los saqueos y amenazando con usar “medidas constitucionales” contra ellos. Ortega no se refirió a la censura aplicada a medios locales independientes, ni a la represión ejercida por cuerpos policiales. Su pronunciamiento se dio mientras en las calles continuaban las protestas, represión y agresiones hacia disidentes.
Por otro lado, la empresa privada ha dicho que no se sentará a dialogar con el Gobierno a menos que cese la represión contra jóvenes estudiantes y la ciudadanía, así como la censura a medios de comunicación. A la vez, convocaron a una marcha por la paz este lunes 23 de abril. Dirigentes de la Iglesia Católica, quienes han apoyado a los manifestantes brindando refugio en sus templos, llamaron al cese de la represión y han pedido que se logre un diálogo para buscar soluciones.
Mientras, los jóvenes universitarios han dicho que la lucha no se detiene, reclaman un diálogo abierto que los incluya y que tome en cuenta sus reclamos y demandas, que van más allá de la reforma al sistema de seguridad social y que abarcan las muertes producto de la represión estatal, la liberación de los manifestantes capturados por la policía la censura, la falta de democracia e institucionalidad así como la destitución de los dirigentes de la Policía Nacional y el Ejército de Nicaragua, entre otros. Otra parte de la ciudadanía expresa que el diálogo con el actual gobierno ya no es posible, exige la salida de Ortega para elegir nuevas autoridades.
Las protestas continúan en todo el país en horas de la noche de este domingo.
El conflicto
Las protestas en toda Nicaragua empezaron el 18 de abril y se dieron, primero, contra las reformas al sistema de Seguridad Social, y luego, con mayor convicción, contra la agresión y represión por parte de la Policía Nacional y las fuerzas de choque conocidas como Juventud Sandinista. Jóvenes estudiantes y ciudadanía en general se pronunciaron en contra de un paquete de reformas al sistema de pensiones, el cual afecta a la empresa privada, jubilados y cotizantes.
El Gobierno ordenó la censura de canales de televisión independientes -uno de ellos continúa fuera del aire - y ha enviado a fuerzas de choque que agreden a manifestantes a la vista de oficiales de la Policía Nacional, quienes también se encargan de sofocar las marchas con gases lacrimógenos, balas de goma y armas de fuego, según reportan medios locales e internacionales. El Ejército de Nicaragua ha sido desplegado en ciertos momentos en algunas partes del país, principalmente en la capital y las ciudades más grandes.
En horas de la noche de sábado murió el periodista Ángel Gahona en la ciudad de Bluefields, cuando transmitía en vivo desde su celular. Circuló en redes el video que grabó el reportero en que se aprecia el momento en que recibe el disparo. Se registran así, al menos 28 personas muertas y decenas de heridos.
Los medios de comunicación independientes han sufrido daños, asedio, agresiones y censura. Se conoce de al menos 14 periodistas agredidos a quienes, además, les han robado o destruido equipos. Se mantiene la censura oficial de tres canales de televisión. El periodista Salomón Manzanares fue capturado por la Policía Nacional mientras realizaba una cobertura en la ciudad de León.
Los daños materiales son hasta ahora incalculables, pero se estima que ya ascienden a millones de dólares. Se registran múltiples incendios y destrozos en todo el país: en la capital varios de los llamados “árboles de la vida” , estructuras metálicas símbolo del Gobierno actual, así como vallas publicitarias del presidente y la vicepresidenta fueron destruidos, botados y quemados; se reportaron incendios en dos radioemisoras, una oficialista y otra independiente, tres alcaldías, un recinto universitario y una patrulla policial fue también quemada.
Más voces se han sumado a nivel internacional a los llamados por la paz, entre ellas la del Papa Francisco quien pidió el fin de la violencia en Nicaragua: “Manifiesto mi cercanía en la oración a ese amado país y me uno a los obispos en el llamamiento a que cese toda violencia, se evite un inútil derramamiento de sangre y las cuestiones abiertas se resuelvan pacíficamente y con sentido de responsabilidad”, dijo. El Departamento de Estado de Estados Unidos hizo un llamado a la calma y condenó la violencia perpetrada por la policía y otros contra la ciudadanía. La Unión Europea, por su parte, expresó su apoyo a un diálogo incluyente, “amplio e inclusivo entre todos los sectores de la sociedad”. La Organización de Estados Americanos (OEA) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos también se pronunciaron ante los hechos en Nicaragua haciendo un llamado a la paz y respeto a libertad de expresión.
De la misma manera, familiares del presidente han manifestado su posición. El hermano de Ortega y exjefe del Ejército de Nicaragua Humberto Ortega pidió al Cardenal Leopoldo Brenes, máximo dirigente de la Iglesia Católica, que fuese garante de un diálogo con el Gobierno para acabar con las muertes. La hijastra de Ortega, Zoilamérica Ortega Murillo, exiliada en Costa Rica y quien denunció a su padrastro por violación hace 20 años, dijo al diario La Nación que el mandatario no admite que el pueblo reclama de forma autónoma. “Esta mentalidad de abuso de poder, de convertirse en los dueños de Nicaragua, los está haciendo comportarse de manera genocida, sanguinaria, desproporcionada”.
Nicaragüenses en el exterior se han congregado en Miami, Florida, EE.UU.; Madrid, España; San José, Costa Rica; París, Francia y otras ciudades del mundo, para sumarse a las protestas contra el Gobierno y pedir paz.
Fotografía: Jorge Hurtado.