Somos un emprendimiento pequeño pero bien intencionado”.

No sé cómo se me ocurrió decirle semejante torpeza a la entonces fiscal general interina de la República, Emilia Navas Aparicio, cuando nos recibió en el Ministerio Público el viernes pasado a las 8:00 a.m. Podría justificarme diciendo que ni Sebastián May Grosser (quien me acompañó) ni yo, habíamos dormido. Había sido una larga jornada de trabajo y, para ser honesto, no podíamos concebir la idea de cerrar los ojos aunque fuera un par de horas antes de una entrevista que vaticinábamos sería tan relevante a la luz de lo que desde ya imaginábamos sucedería el lunes siguiente (ayer, para ustedes).

Sí, hay entrevistas que generan una emoción particular. Esta fue una de ellas.

***

Hablemos del estado actual de la Fiscalía General. Queríamos preguntarle, ¿Cuál fue el punto más deficiente que usted encontró al asumir su puesto? ¿Dónde encontró las mayores carencias? Yo sé que usted habló de eso los primeros 3-4 días que estuvo al mando, pero ahora que ya tiene un poco más de tiempo y experiencia al frente... me gustaría repasar su criterio.

Bueno, lo que más me preocupó, que fue lo que resolvimos más rápido, fue la atención de casos que se investigaban aquí en Fiscalía General y que no estaban siendo tramitados con celeridad. Y luego, el control. Establecimos medios de control que existen en todas las oficinas en el Ministerio Público y que no existían en Fiscalía General. Eso para efectos de rendición de cuentas y transparencia, para que cualquier persona que consulte sepa qué se ha hecho con las gestiones que se presentan en Fiscalía General o con los casos que han pasado por aquí.

¿Cuáles diría usted entonces que han sido los principales cambios que se han logrado encaminar durante estos meses? ¿Cuáles cree que todavía están pendientes?

Bueno, lo que le manifesté antes fue propiamente con la oficina de la Fiscalía General. Ahora, a nivel nacional hay mucho que hacer. Estamos trabajando, inclusive desde octubre que empezamos la gestión mi persona y el equipo de trabajo que me apoya, con evaluación de desempeño. Con mejorar el ambiente, con mejorar la salud de los fiscales y las fiscalas, de los técnicos y las técnicas... con hacer planes de trabajo para resolver el problema de rezago y atención atinada de los delitos porque tenemos un grupo muy grande de fiscales y fiscalas muy nuevos y nuevas que necesitan ser capacitados.

¿Ha sentido algún tipo de resistencia cuando se habla de evaluación?

Para nada. Para nada, porque yo les he dejado claro a todas las personas que forman parte del equipo de trabajo a nivel nacional que es únicamente para mejorar la gestión. En este momento no hay ninguna intención de que sea para reprochar o para sancionar. En este momento es para mejorar. Ya después, cuando estén las reglas claras, si hay que sancionar o ejercer disciplina porque alguien no acata órdenes pues será mucho más adelante, pero en este momento lo único que queremos es mejorar la gestión entonces lo han recibido muy bien y están todos colaborando.

¿Qué reformas considera deben ejecutarse para asegurar una Fiscalía más transparente y menos política? Particularmente ahora que a razón del legado que quedó del anterior Fiscal General hay una percepción pública de que existe cierta interferencia política en el trabajo del Ministerio...

Bueno, lo importante es la rendición de cuentas, estamos trabajando con la comisión que tiene Corte Plena, en la circular y en el protocolo de rendición de cuentas no solo de todos los funcionarios y funcionarias sino del Fiscal General. Lógicamente todo esto acompañado de la mano de la Ley de Carrera Fiscal, que asegura idoneidad no solo funcional sino ética.

¿Cómo ha sido el trabajo y la relación con los fiscales de todo el país tras su llegada a la Fiscalía General, tras casi 8 años al mando de Jorge Chavarría? Sé que la pongo en una situación comprometedora, porque me tiene que contar qué lectura tiene usted de la recepción que han tenido ellos de su trabajo...

Sí, no hay problema. Le puedo decir que precisamente me postulé porque el equipo de trabajo de todo el país me está apoyando, porque sola no puedo hacer el trabajo. Yo sola, o con los fiscales y las fiscalas en contra, o sin compartir mi modelo de gestión no voy a tener éxito. Entonces, cuando yo decidí postularme fue porque ya tenía meses de hablar con fiscales y fiscalas adjuntas, de reunirme con ellos y ellas, de visitar fiscalías, y todo el mundo estaba comprometido y anuente en trabajar en la línea de trabajo mía. Por eso fue que me postulé, sino no lo hubiera hecho.

En su entrevista con La Nación usted mencionó que una de sus primeras acciones fue montar el sistema de gestión al cual aludió en la primera pregunta, en el cual todo lo que entra se registra, tanto manual como digitalmente, así como implementar un sistema de control de evidencia en todas las bodegas que tiene el Ministerio Público en el país. ¿Cómo explica usted que la Fiscalía General no tuviera estos controles antes?

Porque no estaban no lo sé, pero lo estoy implementando no solo en Fiscalía General, bueno ya se implementó, sino también en la Unidad de Inspección Fiscal, que tenía la misma situación. Entonces yo lo que estoy haciendo es que en las oficinas donde no estaba las implementé. En este momento ya tenemos aquí un sistema de control, un sistema de gestión y control de bodega de evidencias... entonces todo lo que entra, cualquier documento, cualquier denuncia, ya sabemos qué trámite llevó, quién lo atendió y hacia dónde fue.

Estos cambios son menos perceptibles para la ciudadanía, otros son mucho más evidentes y la han puesto a usted en un ojo mediático que ha incomodado a algunas personas. ¿Ha sentido algún tipo de persecución política o sabotaje laboral desde su arribo o trabaja usted sin percibir este tipo de dificultades?

Bueno, no podría llamarlo persecución ni sabotaje. Sí le puedo decir que hay personas, sobre todo a nivel interno en la institución, que están incómodas, por decisiones que me vi obligada a tomar para que el Ministerio Público tomara un nuevo rumbo y para mejorar la calidad de la gestión y para ganar de nuevo la confianza del país. Pero estas personas lo que han hecho es utilizado medios que la propia ley les da para recurrir mis decisiones. O sea, son personas que han planteado demandas laborales, que han planteado denuncias, que han planteado quejas pero la ley da esa oportunidad entonces yo simplemente estoy siguiendo el proceso y esperando que finalmente se resuelva, aportando la prueba de por qué tomé esas decisiones.

En el reporte de este viernes publiqué los argumentos Otto Guevara en torno a la denuncia que puso su contra. Él alega que cuando se hizo el allanamiento no estaba incluido su vehículo en la orden judicial. Esto sucedió el 29 de noviembre. Entonces, tengo dos preguntas. ¿Cree que la denuncia se puso hasta finales de febrero con la intención de perjudicar su candidatura? ¿Considera usted que sí se cumplió con el debido proceso y que no hubo abuso de autoridad durante los allanamientos?

Bueno, con respecto propiamente a las protestas procesales que él hace no me puedo referir porque son parte del proceso. Con respecto a la denuncia que él interpuso tampoco puedo mencionarla. No conozco más que lo dicho por los medios de prensa sobre el presunto contenido de la denuncia porque la Fiscalía de Probidad no me ha llamado, no me ha intimado, no sé qué va a resolver, pero no puedo referirme en ninguno de los dos casos.

Lo único que sí puedo decir en forma genérica, hablando de cualquier investigación, es que la ley le permite al fiscal realizar revisiones de vehículos y que no necesita una orden judicial y ya ha sido reiterada la jurisprudencia de que así debe ser. En el caso de él, pues la hice yo personalmente entonces nunca se hizo al margen de la ley.

En términos generales... en los casos de las personas de los altos poderes de la República que han sido de una u otra manera investigadas durante los casos que usted comanda, ¿Tiene usted plena confianza y seguridad de que se han seguido los protocolos establecidos por la ley?

Por supuesto que sí. O sea, nadie más interesada que yo de que todo se haga legalmente para que llegue la investigación a dónde yo quiero que llegue.

Ronald Segura ha dado entender, en Diario Extra, que algunos de los movimientos que usted ha hecho en la Fiscalía responden a criterios de “argolla”. Yo quería aprovechar esta oportunidad para que usted pudiera explicarle a los costarricenses, ¿cuáles son algunos de los movimientos que usted ha hecho y en qué se ha basado para hacerlos? ¿Cuáles han sido los criterios que usted ha empleado para acomodar personal de acuerdo a las necesidades que tiene usted en su posición de liderazgo y que encontró en el Ministerio Público a su llegada?

Lo que le puedo decir es que al día de hoy llevo casi cincuenta rotaciones de personal y que todas han respondido a mejorar la gestión del Ministerio Público, tanto lo que se hizo aquí en Fiscalía General, como lo que se hizo en Inspección Fiscal como lo que se hizo en la Fiscalía de Probidad. Y poquitas, en otras fiscalías, que más bien son oficinas a las que les he robado fiscales y fiscalas altamente calificados que son los que se ocupan para asumir las investigaciones. O sea, la gente que yo he traído a Fiscalía General, la gente a la que le he entregado investigaciones de interés público es altamente calificada, y no solo a nivel funcional sino también ético, porque eso me asegura que las decisiones van a ser las correctas independientemente de cuáles sean al final.

¿Qué tan probable ve usted que en los casos grandes y mediáticos (Yanber, Cementazo, etc) se logre encontrar y juzgar a todos los responsables? Se lo digo porque todavía nos inquietan las palabras del director del OIJ en el Congreso cuando dio a entender que el paso del tiempo podría beneficiar a quienes quebrantan la ley....

Lo que le puedo decir es que en cualquier caso, en cualquier investigación y de cualquier tipo de delincuencia, la celeridad en el abordaje inmediato una vez que ocurre el hecho delictivo es importantísima. Lógicamente, dependiendo del delito, por ejemplo, en un homicidio son las primeras 48 horas, en un caso de corrupción podemos decir que un poquito más, en asuntos de violencia doméstica un minuto después de que tengamos aviso, pero el éxito depende mucho de cuán rápido yo aborde y tome decisiones cuando tengo la noticia de que el crimen tuvo lugar.

No puedo decir qué evidencia pude haber tenido y no tengo ahora, porque si no la conocí no puedo decir que existió, lo que le puedo decir es que estamos trabajando con muchísima responsabilidad los casos y que la decisión final en cada uno de esos y de cualquiera que yo atienda va a responder a la prueba que logre recabar. Pero es muy prematuro decir si voy a conseguir una u otra cosa.

¿Cuáles son los mayores retos que enfrenta la Fiscalía en la lucha contra la corrupción en este momento?

Yo creo que lo más difícil es convencer a funcionarios y funcionarias públicas de que dejen de ser testigos mudos de actos de corrupción y denuncien porque la experiencia lo que dice es que mucho de eso sucede ante los ojos de los grupos de trabajo de los funcionarios que cometen actos de corrupción. Entonces yo creo que eso es lo que hay que trabajar bastante para que esos hechos se denuncien y se puedan investigar.

¿Considera usted que existen vínculos entre el crimen organizado o el narcotráfico y la política en Costa Rica?

Bueno le puedo decir en el momento que termine ciertas investigaciones que estoy llevando a cabo, pero en este momento, si lo afirmo tendría que documentarlo y sería exponer el contenido de las investigaciones.

¿Considera que debería crearse un equipo de asuntos internos especializados únicamente en perseguir la corrupción en todos los poderes del Estado o no hace falta, tenemos ya las herramientas necesarias?

Bueno hay un plan dentro del Poder Judicial para que haya una sola oficina que atienda asuntos administrativos y disciplinarios y que no estén separados, o sea, que ya no esté Asuntos Internos en el OIJ, la Inspección Fiscal y la Inspección Judicial, sino que haya una sola.

¿Lo ve con buenos ojos?

Sí, lo veo con buenos ojos, pero lo importante es quién va a estar al frente de esa oficina, ¿verdad? O sea, tienen que ser personas intachables, íntegras, sin compromisos, sin que les deban o deban favores, para que las decisiones sean correctas porque tener una oficina que va a ser complaciente o tolerante con actos de corrupción dentro de la institución porque sea una u otra persona la que esté siendo sometida no tiene sentido. Yo creo que la diferencia la marca quién ocupa esos cargos.

De ser nombrada, ¿cuáles serían sus prioridades desde la Fiscalía General?

Bueno, en primera instancia resolver los asuntos de rezago y atender las causas que están por prescribir que el número es considerable, es un riesgo que ya empezamos a atender desde octubre, ya desde octubre tenemos planes de trabajo, y mejorar el desempeño de los fiscales y las fiscalas.

Esta pregunta me parece muy... ¿bonita? No quiero dejarla por fuera, es otra de las que la gente me hizo llegar para usted. ¿Cómo puede ayudar la ciudadanía al Poder Judicial y al Ministerio Público?

Vamos a ver. Si se trata del hecho de la lucha contra la corrupción, como dije anteriormente, denunciando. Si se trata de los hechos donde haya violencia, igual, denunciando. Ejerciendo el control que al ley permite, participando activamente en la rendición de cuentas del Poder Judicial. Aportando, el Poder Judicial tiene un plan de trabajo abierto de participación ciudadana y yo creo que nadie mejor que los ciudadanos y las ciudadanas para que nos den ideas, nos aporten, nos digan qué les parece bien, qué les parece mal, qué quieren o qué esperan del Poder Judicial.

Pasando de la ciudadanía a la prensa. ¿Qué esperaría usted de la prensa en aras de no entorpecer el trabajo del Ministerio Público?

Bueno, es que yo no creo que la prensa lo entorpezca. Yo creo que más bien lo apoya. Yo creo que en los últimos meses han demostrado que efectivamente son un arma importantísima para la democracia de un país al convertirse en personas que denuncian y que investigan y que le dan insumos al Ministerio Público para que haga su trabajo. Yo desde ningún punto de vista lo veo como un obstáculo.

¿Usted diría que la prensa jugó un papel determinante en el caso de El Cementazo, por ejemplo?

Por supuesto que sí.

Hay un tema que ha generado muchísima polarización, en tiempos donde ya de por sí tenemos muchos sentimientos hostiles a flor de piel, que es el del hacinamiento carcelario. Vimos el otro día al señor director del OIJ peleándose seriamente con el actual Ministro de Justicia y escuchábamos su desesperación por el hacinamiento inclusive en las celdas del OIJ que no tienen las condiciones de las prisiones formales. ¿Cómo cree usted que se pueda combatir este flagelo más allá de la construcción de nuevas prisiones? Voy más allá: ¿qué opinión tiene, por ejemplo, del programa de justicia restaurativa y de qué forma está el Ministerio Público tratando de jugar un papel constructivo en este conflicto?

Bueno, precisamente en la presentación del plan de trabajo que tengo para hoy en la tarde en la entrevista (comisión de nombramientos) está ese punto. Y, es cierto que presupuestariamente le toca al Ministerio de Justicia resolverlo, y le toca construir cárceles y son necesarias. Pero yo creo que hay pequeñas cosas en las que podemos colaborar, y por eso no recuerdo en cuál entrevista, no recuerdo con qué periodista le decía yo que por lo menos el Ministerio Público está dispuesto a sentarse alrededor de una mesa a negociar.

Por ejemplo, yo pensaba ayer que hay diligencias que se pueden hacer con personas que están en los centros penitenciarios mediante videoconferencia, eso significa que no voy a tener para una entrevista, o una indagatoria o algún otro tipo de diligencia a reos esperando en las celdas del OIJ. Por ejemplo, ser además muy estrictos con la hora y la fecha y la confirmación de diligencias. Generalmente, vemos las celdas llenas de personas que van a realizar un reconocimiento físico... Entonces, las traen de los centros penitenciarios y las tenemos durante horas en celdas y si por alguna razón no se realiza el trámite entonces se quedan para el día siguiente... Entonces, si un fiscal o una fiscala organiza bien un reconocimiento físico, trae temprano al imputado, trae los descartes de afuera, se asegura que el abogado esté, se asegura que los testigos estén, se asegura que el ofendido esté y si es a las ocho en punto, se hace a las ocho en punto, y listo, el reo va para su centro penitenciario. El problema es que la práctica y la experiencia nos dice que hay mucho descontrol y desorden en cierto tipo de diligencias judiciales que evitarían que se mantengan horas personas privadas de su libertad.

Lógicamente me gustaría potenciar salidas alternas, porque no necesariamente todo el mundo tiene que estar en un centro penitenciario después de cometer determinado tipo de delito. Creo en la justicia restaurativa, por la misma razón, y eso asegura que en las cárceles también haya menos gente.

Eso son ideas que ayer pensaba pero yo creo que no solo las causas sino las soluciones pueden ser muchas. Yo estoy totalmente dispuesta a sentarme alrededor de una mesa a hablar de qué manera podemos ir poquito a poquito, poquito a poquito, disminuyendo el número por lo menos en el OIJ de personas que vengan a los tribunales...

Ayer pensaba también en la atención de la disponibilidad. Hay jueces, defensores y fiscales disponibles todas las noches, los siete días de la semana, y muchas veces por no venir y cumplir con la disponibilidad dejan los asuntos para el día siguiente, eso significa que resolviéndose o atendiendo en horas fuera de jornada ordinaria los asuntos de reos y presos tal y como debe ser, porque están disponibles, evitaríamos que hubieran muchas personas a las ocho de la mañana en celdas del OIJ. Había pensando en eso si es que algún día nos sentamos alrededor en una mesa.

¿Quiénes más deberían estar en esa mesa si pudiéramos organizarla?

Fuerza Pública, Ministerio de Justicia, OIJ, Ministerio Público, los magistrados y magistradas de la Comisión que atiende ese tema, que sé que la Presidenta es doña Carmen María Escoto, policías y organizaciones que se están prestando para las salidas alternas en las distintas regiones del país.

Volviendo al tema del hacinamiento, usted me decía que uno de los problemas es de corte operativo...

Uno de tantos, porque hay muchísimas causas.

Pero digamos,... si bien no es sorpresivo, es una buena noticia en términos de que eso se podría solventar con voluntad y eficiencia. Yo estaba pensando en los números que daba Feoli, sé que esto no tiene que ver con el OIJ, pero que el ministro decía que somos uno de los tres países en Latinoamérica con mayor número de personas detenidas.... recordé otra consulta que me enviaron: ¿ha considerado los criterios de oportunidad por la insignificancia de los hechos investigados? ¿Considera que esa es una opción viable para reducir el hacinamiento penitenciario?

Bueno, yo creo que ningún caso y ningún delito es insignificante y no pueden desatenderse ni desprotegerse ninguna víctima. En la época de don Francisco Dall’Anese él giró una instrucción de que sí se podían aplicar criterios de oportunidad. Incluso, él puso como indicador el monto de $500. Entonces, él decía que en todos los casos con daño patrimonial menor $500 se podía aplicar criterio de oportunidad. Hubo un reclamo de parte de la ciudadanía y él unos años después restringió la posibilidad de aplicación de criterios de oportunidad y lo que dijo fue que vieran el caso en particular para tomar la decisión los fiscales adjuntos y las fiscalas adjuntas si lo aplicaban o no. Lógicamente la aplicación se redujo en un 95% porque ya se temía cometer un error a la hora de aplicar indiscriminadamente ese instituto que la ley da, en el artículo 22 del Código Procesal Penal.

En la época de Jorge Chavarría, él impidió totalmente la aplicación de criterios de oportunidad pero pidió que se potencializaran las salidas alternas. Entonces, ahí fue donde el número de salidas alternas subió y no habían criterios de oportunidad. Yo creo que la ley da esa oportunidad y hay que ver el caso en concreto. Pero, yo me inclino más por la justicia restaurativa, porque si bien es cierto puede ser que la gente critique que se sigue un proceso penal porque un abuelo va con su nieto y roban helados en una pulpería o porque alguien con hambre va y roba latas de atún, yo creo que lo que importa más es, ¿por qué esa persona tuvo que ir a un supermercado y robar latas de atún? Tenía hambre, no tiene trabajo, no tiene educación, no hay oportunidades...

Entonces, yo creo que la justicia restaurativa no solo impide que esa persona vaya a la cárcel, no solo impide que se gaste dinero en un proceso penal que va a terminar en una acusación con una condena que por la pena que se le va a imponer no va a terminar la persona en la cárcel pero va además a resolver un problema social... Porque la justicia restaurativa va dirigida en restituir la situación del conflicto o del daño en favor de la víctima pero resolver el problema por el cual el imputado o la imputado incurrió en el delito.

Entonces, yo soy del criterio que hay que potencializar las salidas alternas y la justicia restaurativa en todo el país...

Entremos a un plano más personal. Hace mucho tiempo no tenemos una figura pública tan bien valorada por la opinión popular. Yo creo que si en este momento hiciéramos una consulta de la valoración que tiene la gente, pues me atrevería a decir que usted probablemente saldría en primer lugar. Sin embargo, yo a lo largo de estos meses mediáticos que ha tenido, cuando la veo atendiendo a los medios, cuando la veo hablando, cuando la veo explicando, me da la impresión de que usted no se ve muy afectada por esto, no pareciera ser algo que le genere una presión adicional. No sé si me equivoco... esta excesiva fe que la ciudadanía ha puesto en usted, ¿le genera una presión adicional? Por otro lado, el hecho de estar enfrentando casos tan mediáticos, de tanto peso y en los que hay personas con tanto poder involucradas, ¿ha afectado su vida personal o familiar?

Bueno, tengo muchos años trabajando y también con asuntos delicados, tal vez no mediáticos. Entonces, en cuestiones de carga de trabajo no he sentido diferencia. No tengo redes sociales, no leo comentarios, no veo noticias a menos que Tatiana (Vargas, periodista) me las haga llegar. Entonces, lo que la gente opina o no opina... pues no estoy muy pendiente.

Vengo a la Fiscalía General a trabajar, como he llegado a cualquier fiscalía en estos veintinueve años a trabajar, y a hacer el trabajo. No prometo nada, mi única promesa es probidad, honestidad y objetividad a la hora de tratar los expedientes y escoger a la gente de mi equipo de trabajo para que trabaje en esa misma línea para garantizar que el resultado sea igual de probo.

No tengo compromisos con nadie. Yo no le debo ninguno de mis nombramientos ni interinos ni en propiedad absolutamente a nadie. No soy de argollas, no tengo un grupo muy grande de amistades dentro de la Corte, digamos, que me obligue a hacer o dejar de hacer cosas, y soy valiente, pero no solo valiente para investigar y en un futuro, si hay que hacerlo, acusar hechos de corrupción, sino también valiente para desestimar y pedir sobreseimiento si eso es lo que procede.

De lo poco que a veces me pasan... me parece que la gente presuntamente está feliz porque yo tengo muchos casos y estoy revisando muchas denuncias, pero no todo hay que investigarlo. Muchas de las denuncias son atípicas, en contra de magistrados, de diputados, de funcionarios públicos y mi obligación es, si el hecho es atípico, desestimarlo, le guste o no le guste a la gente, le guste o no le guste al denunciante. Entonces, tan valiente tengo que ser como para investigar actos de corrupción y acusar, y detener, y pedir prisión preventiva y en un futuro si procediera pena de prisión, como para desestimar y pedir sobreseimiento si el hecho es atípico, si no hay prueba, o si la persona es inocente, independientemente que sea una persona con fuero o no, o que el caso sea de interés público o no.

Yo trato de mantenerme al margen de los comentarios no solo malos sino buenos, porque soy un ser humano y creo que ni los malos ni los buenos tienen que afectarme en la toma de decisiones. Pero yo vengo a Fiscalía General y atiendo los casos de aquí igual que he atendido cualquier otro en otra fiscalía y mi vida no ha cambiado... Siempre he tenido mucho trabajo, mi familia lo sabe, pero lo más importante es que en cualquier oficina en la que he estado mi equipo de trabajo siempre me ha ayudado a tomar buenas decisiones.