La pregunta se repite una y otra vez. ¿Qué fue lo que pasó? Entre mis amigos y conocidos hubo discusiones de por quién votar el pasado cuatro de febrero, pero evidentemente en esas discusiones nunca estuvo Fabricio Alvarado. Mencionaban a Carlos Alvarado, a Rodolfo Piza a Antonio Álvarez... Cada uno defendía su posición, pero nadie tomó en serio a Fabricio.
La noche en la que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dio a conocer el fallo que obliga a 20 países latinoamericanos a permitir el matrimonio igualitario yo estaba en casa de unos amigos.
De pronto uno de ellos dejó de interactuar con nosotros y se puso a ver el Facebook live que se estaba transmitiendo desde la cuenta de Fabricio Alvarado. “Esto fue compadre hablado”, decía el candidato refiriéndose a la consulta del Gobierno y el resultado del fallo de la Corte.
Ni siquiera yo lo tomé en serio. Pero luego… luego empezaron a retumbar en nuestros oídos que la tía Fulanita de tal iba a votar por Fabricio, y que no solo la tía, sino también algunos primos y hasta el papá o mamá (nuestros o de algún conocido). Pero, ¿es realmente esto resultado del timing en el que la CIHD dio a conocer el fallo del matrimonio gay? Para encontrar respuestas de qué fue lo que pasó, invitamos al analista político Gustavo Araya a tomar café.
Cuando Gustavo pasó por mí noté que no había traído mi billetera, pero amablemente se ofreció a comprarme el café. Él pidió chocolate caliente y yo café con leche. Una vez hecho el trámite de las bebidas empecé a formularle algunas de las dudas que la semana pasada entre todos planteamos en Inteligencia Colectiva.
Las dos Costa Ricas
Después de recibir el resultado de las elecciones parece que una parte de la población no se explica qué fue lo que sucedió. Sin embargo, otra parte de la gente señala que el resultado de las elecciones es el vivo reflejo de las dos Costa Ricas.
¿Realmente somos un país tan rezagado como para hablar de dos Costa Ricas?
— Habría que acotar varias cosas, probablemente la primera de carácter estructural. El modelo de desarrollo por el que Costa Rica ha optado, que venía fraguándose desde antes de la década de los 80, coincide durante esa misma década con movimientos de carácter internacional y nacional que revierten el proceso; y entonces el Estatismo (las grandes respuestas desde el Estado en todas las regiones) empieza a caer como modelo y empiezan a levantarse otros.
En nuestro país eso quedó muy marcado en el año 84 cuando prácticamente 50% del gabinete de Luis Alberto Monge cambió. Aquella Costa Rica que respondió al llamado al voto de “volvamos a la tierra” de repente desaparece y más bien empieza a aparecer una clase ascendente.
Esta nueva clase esta tendientemente marcada por favorecer la inserción de Costa Rica en la economía mundial. Sin duda este cambio repercutió en el paradigma educativo y también en la arquitectura institucional. Todo esto para decir que ese fue el escenario que fraguó el modelo de Estado que tenemos actualmente y que ha gobernado los últimos 30 años (modelo económico hacia afuera).
Este cambio de modelo, me decía el analista, quien también es profesor de la UCR, fue la antesala de que la Costa Rica de los ochentas se convirtiera en las dos Costa Ricas de los 2000.
— Entonces no es casualidad que, después del cambio de modelo, la pobreza se parqueara en un 20% casi inamovible durante tanto tiempo. Veámoslo por regiones, de acuerdo al Estado de la Nación 2016, la región con más años de escolaridad por persona es la Central, y el resto de las regiones Chorotega, Huetar Norte, Huetar Caribe, Brunca y Pacífico Central tienen menos años de escolaridad (6 en promedio); especialmente las Huetar Caribe y Norte (Limón y San Carlos).
Ahora veamos la cantidad de hogares pobres y en pobreza extrema. Los de la Región Central representan un 16.1% pobres y 4% en pobreza extrema. Pero si nos fijamos en el resto de regiones los indicadores se disparan a casi el doble. Esto no es algo nuevo.
Otros indicadores como viviendas que presentan hacinamiento, acceso a servicios de internet, telefonía celular y hasta agua potable, efectivamente nos muestran que sí hay dos Costa Ricas. Una en el Valle Central y otra en el resto del país.
Si no nos están siguiendo, resumo en tres líneas. El modelo se cambió, de uno que suponía una inclusión de los sectores económicos locales, a uno que fomenta el desarrollo de los sectores económicos globales, dejando por fuera del modelo el desarrollo de las regiones de la periferia.
—Entonces no solo el modelo es desigual, sino que el Estado es desigual, porque el Estado está aquí. Andá a sacar una cédula allá. Andá a buscar la regional del MEP si vivís en Hojancha. Andá a preguntar quién te ayuda a exportar allá. Tenemos la mayor riqueza del país ubicada en los mares y en las costas, pero tenemos un sistema depresor en esas regiones, porque ni Guanacaste, Limón ni Puntarenas están considerados en el modelo exportador ni financiero. Todas las Zonas Francas están aquí, solo en Heredia están el 60% de ellas.
Entonces sí, dos Costa Ricas, pero eso no tiene nada que ver con las elecciones. El primer error es creer que sí. Lo que pasa es que esto nos pega en la cara cada vez que hay votaciones, en el 2006 pasó, en 2014, y ahora también.
¿Y entonces porqué eso se nos olvida?
—Porque todo el sistema está hecho para que tzz, tzz, tzz, eso no está pasando. No, no, no, eso no pasa. Usted es pobre porque usted es vago, porque usted no estudia.
Gustavo es alto y flaco, tiene un tono conciliador cuando habla de las diferencias entre el Estado Benefactor, que dejó de funcionar en los ochentas, y el modelo económico impuesto desde entonces.
Me explica que lo que nos hizo desarrollar un sentimiento de unidad como país es que, mientras en los ochentas el resto de países centroamericanos hicieron llegar la figura de Estado a sus comunidades mediante el ejército, en Costa Rica el gobierno llegó a través de los más importantes servicios públicos; pero con el cambio de modelo (again) el Estado se centralizó aquí.
Esto en lo simbólico tiene consecuencias, me dice el también comentarista radial, porque como seres humanos cuando no tenemos a qué asirnos, nos asimos de la esperanza, de la fe. Y como para rematar el abandono a las zonas periféricas, la iglesia católica, acostumbrada a estar en el centro del poder, se concentra en las zonas más urbanas abandonando también la iglesia local.
—Ahí la iglesia (católica) cedió poder. La iglesia cogobernó religiosamente con los grupos protestantes. Que no es que esté mal, yo no digo que es que cayó el demonio, no, no; es un tema de que, en la correlación de fuerzas Costa Rica se está reconfigurando. ¿Qué es lo que no entendimos nunca? Que ahí había dos Costa Ricas y ambas respondían de manera diferente.
En el Área Metropolitana (la discusión) sigue siendo que si la Unidad, que si Liberación, que si el PAC; y afuera es ni PAC, ni el bipartidismo, ni ninguno de ustedes. Señores yo sigo comiendo lo mismo que como todo el tiempo sin importar qué presidente pongan ustedes.
Entonces la gente vuelve a ver a quien les ha estirado la mano y les dan el poder, ¿ y quiénes son esos? Las iglesias evangélicas.
Poder político
Otra duda que quedó evidenciada en la discusión que armamos en Inteligencia Colectiva, es si un partido político tan poco articulado, y con legisladores electos tan políticamente nada preparados, podría tener un poder real en el Congreso. Gustavo cree que sí. Siempre hay poder detrás de los poderes.
—Por el lado de la legitimidad que le dio el pueblo sí—.
Tavito, como le dice Diego, me empieza a refrescar la memoria con los hechos que en los últimos dos gobiernos le dieron legitimidad a la iglesia protestante, y cómo la iglesia católica empieza a responder.
En el gobierno de Laura Chinchilla, la presidenta se reunió con pastores evangélicos para discutir temas de agenda nacional, la más central similitud entre ambas agendas, entendemos todos, era la oposición a discutir temas de derechos humanos.
No es casualidad, dice Tavo, que en ese gobierno un pastor evangélico fuera el presidente de la comisión que discute esos temas en el Congreso.
Ahhh, pero suave, la iglesia católica contraataca. Nombran a Chinchilla como hija predilecta de María.
Pasan cosas también como que durante la campaña electoral 2014-2018 algunos candidatos presidenciales se reunieron en un canal religioso para orar, eso nos lo recuerda el famoso Otto agachao.
—Cuando el poder religioso decide cruzar la acera y se mete al poder político hay resultados. Ahí tenemos al presidente de la Asamblea Legislativa. Un pastor, que además fue validado por Antonio Álvarez, líder de la bancada más numerosa del Congreso. Entonces ¿poder político? Sí, ¿liderazgo? Eso es otra cosa.
¿Se subestimó el poder de los religiosos en el Congreso?
—Claro. Porque ahora son ellos quienes hincan a los políticos, ¿cómo lo logran? Convocando masas. Acordémonos de la primera marcha por la familia, un ejercicio, por ahí de junio-julio que no salió tan bien, pero es un antecedente de la campaña electoral que se veía en el horizonte.
Pasa lo del cemento, se borran las agendas, los partidos carecen de narrativas, están en la calle, no logran que nadie los vuelva a ver; pero las iglesias proponen otra marcha por la familia y entonces los políticos se les unen.
¿Ahí quién tiene el poder? Los religiosos son los que impusieron el tema. El fallo de la Corte es solo la chispa de un reguero de pólvora que ya estaba tirado en el suelo con la mecha encendida.
La pólvora es el conservadurismo y la mecha es la marcha. Ese suceso nada más estaba esperando a que algo cayera para explotar.
Es posible que las personas que votaron por el Frente Amplio en las elecciones anteriores sean las mismas que, en estas elecciones, votaron por Restauración Nacional...
—Haciendo cálculos pareciera que la operación matemática sí sale. Son los antisistema. Personas que como tras el paso de los gobiernos no ven cambios en sus realidades, votan por quien se revele en contra del sistema. ¿Porqué al principio la gente iba con Juan Diego? Porque Juan Diego, con su discurso incendiario, dijo que sacaría a los corruptos de todos los Poderes de la República.
Pero detallazo, el Sistema encarceló a los presuntos corruptos del tema boom del año, el cementazo. Entonces la gente decidió tomar otras posiciones antisistema, en este caso, la posición conservadora.
Ojo no es que todo el Sistema sea progresista, al contrario, pero desde el punto de vista de muchos, el gobierno tomó, mediante su vicepresidenta Ana Helena Chacón, una posición progresista.
En cuanto al abstencionismo. El día de las elecciones hubo la percepción de que “todo mundo” salió a votar, sin embargo, la realidad es que un 36% de la población no se interesó. ¿Quiénes son estos que no votan?
—Que quede un candidato u otro no cambia dos realidades: la realidad de los muy pobres y la de los muy ricos. Costa Rica sigue siendo una democracia de clase media, media-baja.
A groso modo, los ricos tenían un dilema: Antonio o Piza; y los pobres tenían otro: Fabricio o Juan Diego.
Los cantones que menos votaron se ubican en las regiones Pacífico Central y las Huetares.
En un hipotético gane de Fabricio, ¿dónde queda colocado Costa Rica en la agenda global?
—En ningún lado. En verse al ombligo. Dar respuestas anti-sistemas provenientes de la religión.
¿Podría colocarnos, este posible escenario, en la indeseable situación de que Fabricio se monte en la carreta del poder, legitimado por una parte de la población, y haga lo posible para quedarse ahí como ha sucedido en otros países de Latinoamérica?
—Es posible, pero hay cosas que pasan por la Asamblea y no son mayoría en el Congreso. Liberación siempre se les ha unido, pero creo que falta mucho para que sean un partido confesional. Además, hay refugios como La Procuraduría, La Contraloría, etc.
Estos refugios institucionales significarán una gran resistencia. Hay contrapesos lo suficientemente fuertes para evitar un escenario autoritario.
Sistemas políticos
Hace un par de años escuché por primera vez sobre una propuesta para modificar la manera en la que escogemos a nuestros legisladores. Esa propuesta es la de Poder Ciudadano Ya!, ellos se centran en eliminar las listas cerradas de votación y emplear un ejercicio de democracia directa.
El tema no había sido tan popular, sin embargo, en el contexto actual (14 personas del Partido Restauración Nacional, con nula experiencia en política, fueron incluidas en una lista cerrada para ocupar una curul en la Asamblea Legislativa), muchos se empezaron a cuestionar la idoneidad el sistema presidencialista.
¿Se presta el momento para discutir el paso del Sistema Presidencialista al Sistema Parlamentario o Semi-Parlamentario?
—Nunca la agenda de ningún candidato se ha centrado en ese tema.
Así de directo, frío y sin mayor análisis de fondo. ¿Quiénes, entonces, debieran impulsar este tema en la discusión política del país?
—A quienes les interesa el Sistema. Quienes creen que la solución está en la forma de gobernanza.
¿No está ahí la solución?
—Pasa por ahí. Toca ese tema, pero en lo esencial la solución está en el modelo de desarrollo. Lo esencial es cambiar la estructura del Estado, para que haya un balance entre la riqueza que se da en el área central y la riqueza que hace falta en la periferia—.
Mientras ya Gustavo se había tomado la taza de chocolate entera, yo solo había probado la mitad de la mía. El cafecito con leche me sienta muy bien en las mañanas, sobre todo para rendir el resto del día.
Con la claridad de que un Sistema Parlamentario sin representatividad real solo perpetua el modelo económico vallecentralista, el profe me dice que además esto pasa por una discusión más que política, por una discusión social, porque en este país hablar de aumentar la cantidad de diputados es mala palabra.
Estos resultados electorales tienen al país de cabeza. Hay quienes se cuestionan cuando fue que el multipartidismo empezó a ser contraproducente. A mí me gustaría preguntar, ¿por qué pensamos que es contraproducente?
—Porque no estamos acostumbrados a los espacios de diálogo, de tolerancia ni a los espacios comunes. Estábamos acostumbrados a una política de liderazgos absolutos que ya no existe.
Aquí si vos decís “mirá dialoguemos” la respuesta del otro, puede ser en muchos casos, “uy, va perdiendo”. Entonces deja de ser un diálogo y se convierte en una competencia de quién tiene la razón y quién está equivocado.
Sin café
Siguiendo en la línea del diálogo, y ya para ir cerrando, me llamó la atención una pregunta que alguien planteó sobre si era tóxico que se le acercara a cualquiera de los Alvarado, Liberación o la Unidad.
Siguiendo, también, la misma línea de darle vuelta a las preguntas, le cuestiono a Gustavo que por qué, aún en el frágil contexto socioeconómico en el que estamos, a la gente le cuesta tanto despartidizarse (si es que existe el término), a fin de cuentas, o todos ganamos, o todos perdemos ¡hola, todos vivimos en Costa Rica!
¿Cómo o cuando se despartidizará la gente y empezará a agarrar algo bueno de esta propuesta, algo bueno de la otra...?
—Se despartidiza en el momento en el que empiezan a abordar temas. Déficit fiscal, por ejemplo, digamos que es de Liberación, pero es que hay como 20 Liberaciones, bueno no importa, hagamos el ejercicio. Que es de la Liberación que trae el mundo a Costa Rica, no importa, pero qué piensa del déficit fiscal, que es de la Liberación de los Arias, bueno eso tampoco importa, pero qué piensa del déficit fiscal.
Es decir, a quienes esta realidad política nos ha caído como un balde de agua fría tenemos una tarea fundamental: sacar nuestro pensamiento autocrítico de la Meseta Central. Tomemos cafecito y mantengámonos despiertos los siguientes cuatro años. Que esta realidad no nos siga agarrando en curva.
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Enfrascar la discusión en que si queda Fabricio nos estamos retrocediendo 200 años en el avance histórico no cambia la realidad inmediata de las personas más pobres del país y son precisamente ellos quienes hoy nos dan una bofetada. Hoy ellos nos dicen “si tan solo hubiesen atendido nuestras necesidades más básicas, como la educación, agua potable y alimentos...’’.
La perspectiva de que Ana Helena Chacón es la infeliz que nos tiene metidos en este embrollo es muy pobre. La permisividad religiosa que hemos dado a los abordajes sobre los derechos humanos ha polarizado al país y al mismo tiempo se ha monopolizado el debate, dejando poco espacio político para discutir temas de gran importancia para el país como el déficit fiscal, la seguridad, el empleo y la infraestructura.
Nosotros los meseteños mandamos a leer e informarse a nuestros hermanos de las periferias. Ellos, diría Gustavo, están en operación frijoles. No tienen tiempo de leer. Ni siquiera tienen acceso a Internet de calidad. Más bien desde aquí, con nuestros recursos, deberíamos procurar luchar porque llegue a todo el país un mejor sistema educativo diferenciado que no expulse a nadie de las aulas, y luego sí, exigir como sociedad que tomemos decisiones conscientes.
La discusión lejos de centrarse en cómo llegarle a las dos Costa Ricas para que voten influenciados solo por propuestas de gobierno y no por pasiones religiosas, debiera enfocarse en cómo lograr nuevamente una sola Costa Rica.
Debo decir que al final de la entrevista ya me había tomado todo el café, pero tanto fue el enredo mental que tenía al salir de El Bambú, que ni las gracias pude darle a Gustavo. Shame on me. Espero no se les haya hecho demasiado largo este texto, pero hay situaciones que ameritan contar la historia completa, solo así llegamos a entender mejor el panorama. Gracias por leer.